En esta selección de 28 pinturas, enmarcadas dentro del hiperrealismo, se plasman algunas de las señas de identidad de la arquitectura, el paisaje y la vida en una gran metrópoli.
Los óleos de Palacio tienen a Madrid de fondo, y a través de él, la modernidad de la estación del AVE, los rascacielos del Madrid más vanguardista, los escaparates de las calles más comerciales, el ajetreo y el tráfico, los espacios arquitectónicos más modernos, como la Terminal 4 de Barajas, o las visiones de cielo de la capital más singulares… y todo ello pintado con exquisita minuciosidad e hiperrealismo, entre reflejos y efectos de luz de lo más variados e imposibles.