Sin embargo, bisnieto de ‘Habichuela el Viejo’, nieto de José Carmona, hijo del guitarrista flamenco Juan Habichuela y sobrino del también guitarrista Pepe Habichuela es flamenco por los cuatro costados.
Después de más de 20 años con Ketama, en 2004, sus integrantes decidieron tomar rumbos diferentes y en 2007 Antonio sacó su primer disco en solitario, Vengo Venenoso, con grandes colaboraciones como la de La Mala Rodríguez o Alejandro Sanz. En 2011 llegaría De noche.
De nuevo en Madrid
Este viernes, 14 de junio, vuelve después de bastante tiempo a subirse a los escenarios de la capital dentro de Suma Flamenca. Será a las 20.00 h en los Teatros del Canal en un concierto llamado Mad-Tlv-Mad (estreno en España) junto al cantante argentino-israelí Pavlo Rosenberg. Ambos recorrerán los ritmos flamencos, el rock, el pop y los sonidos más étnicos navegando entre las culturas hebrea, marroquí, judía y gitana.
«Para mí es una oportunidad muy grande estar aquí con un espectáculo muy mediterráneo. Pavlo es un músico maravilloso con el que tengo muchas cosas en común. Se trata de un encuentro de culturas con el que ya he estado anteriormente en Israel. Además voy a internar sacar a mi padre, que ya tiene 80 años y como vuelvo a Madrid, que hace tanto que no venía…», afirma Carmona.
Se nota que le hace ilusión volver a estar en la capital. Está componiendo en América su próximo disco, del que lleva ya 20 temas y entre los que se encuentran algunos compuestos con Alejandro Sanz, con Luis Enrique y con Amaury Gutiérrez. «A lo mejor me doy un saltito ahora en julio y empiezo a grabar bases. Tampoco tengo prisa. Tengo ganas de hacer un disco bueno. Soy muy pesado y me gusta que cada tema tenga un significado y que se queden ahí cuando la gente los escuche», relata el artista granadino.
El momento actual
En relación a la situación del flamenco y de la crisis actual, Carmona cree que «el flamenco tiene más significado fuera que dentro» y que «hacen falta más programas de radio, más programas de televisión y que haya gente que venda mejor el flamenco hacia afuera».
«En América, donde estoy yo, o en Londres o donde sea, agarras una guitarra y haces un rasgueo y cuatro cosas más y se quedan alucinados. Pienso que se debería saber exportar mejor, sobre todo porque hay gente muy buena y es una pena que se quede sólo en nuestro país», señala.
Para Antonio los flamencos han vivido en crisis toda la vida y comparte así la idea de Juan Verdú, el director del festival Suma Flamenca. «Mi padre iba a los festivales, se pegaba dos comidas y dos cenas y otra vez sin un duro. La crisis la llevamos viviendo toda la vida».