1. Museo de Instrumentos de Bélgica (MIM)
En el barrio de los museos de Bruselas, un edificio llama especialmente la atención por su estilo Art Nouveau. Se trata de un edificio llamado Old England, unos antiguos grandes almacenes construidos en 1899, que hoy alberga nada menos que la friolera cifra de más de 1.200 instrumentos musicales, de épocas tan diversas que van desde la Edad Media hasta nuestros días. Se trata del Museo de Instrumentos de Bélgica, uno de los más reputados del mundo, que forma parte de la red de Museos Reales de Arte e Historia.
Tiene cuatro plantas en las que, además de instrumentos, hay fotografías, panales explicativos y archivos sonoros. Cuenta además con una sala de conciertos, un espacio para talleres, una tienda, una biblioteca y un restaurante en la azotea, desde donde las vistas de la ciudad son impresionantes. Desde su apertura en el año 2000, el MIM se ha convertido en un atractivo centro cultural de primera clase con una media de 125.000 visitantes anuales.
2. La casa donde nació Mozart
La casa en la que Wolfgang Amadeus Mozart nació el 27 de enero 1756 en Salzburgo es uno de los museos más visitados del mundo. En ningún otro lugar la figura de Mozart y su música está tan palpable como en este. Los más sensibles, sin duda, pueden sentir su energía y oír su música recorriendo los tres pisos de la casa ahora convertida en museo.
En la exposición permanente los visitantes pueden aprender detalles de la vida y las circunstancias de Mozart: cómo creció, cuándo comenzó a hacer música, quiénes eran sus amigos y quiénes sus clientes, su relación con su familia, su pasión por la ópera y mucho más.
Junto a los retratos y documentos originales, la exposición también contiene rarezas, como recuerdos, el violín de su infancia, el clavicordio en el que compuso varias piezas, incluyendo La flauta mágica, y el que es probablemente el retrato más famoso del compositor y que pintó su cuñado Joseph Lange dos años antes de su muerte.
El museo acoge también autógrafos, primeras ediciones e impresiones tempranas de obras seleccionadas.
3. Museo de la Fundación Joaquín Díaz
Se trata de la colección más amplia y completa de instrumentos musicales que han sido utilizados tradicionalmente en Castilla y León, y está formada por más de mil piezas cedidas o donadas por diferentes coleccionistas.
La Fundación, con sede en Urueña, Valladolid, promueve la difusión del patrimonio y se ubica en un edificio del siglo XVIII. En ella se albergan diversas colecciones, cedidas para su visita o consulta por Joaquín Díaz, así como numerosos archivos orales, escritos y gráficos.
Entre las colecciones del Museo de la Música de Urueña tiene especial relevancia la colección de instrumentos de Luis Delgado, que reúne más de 500 de diferentes procedencias y que ofrecen al visitante una clara imagen de la enorme diversidad de formas, diseños y materiales.
En ella, los instrumentos están clasificados en cuatro apartados. Uno de ellos lo ocupa una selección de ejemplares que parten de la iconografía medieval (códices, tallas o miniaturas). Son únicos y obedecen a una profunda labor de investigación por parte de luthiers y músicos. Otro apartado lo ocupan aquellos instrumentos que se han adquirido en viajes, otra los donados por visitantes y distintas personalidades de la música. El último es el conformado por instrumentos originales de los siglos XVIII, XIX y principios del XX con una especial ornamentación.
4. Berlin Musical Instrument Museum
El Berlin Musical Instrument Museum contiene una orquesta de más de 800 instrumentos (de una colección de 3.500 que van desde el siglo XVI hasta la actualidad). Se encuentra situado en el Kulturforum de Berlín (Foro de la Cultura), justo detrás del reluciente edificio de la Filarmónica.
Contiene instrumentos de gran valor, como un clavicordio portátil que perteneció a la reina de Prusia Sophie Charlotte, varias flautas de Federico el Grande o la armónica de cristal de Benjamin Franklin.
Instrumentos raros, poco vistos, desde el barroco a los precursores de los sintetizadores, llenan el edificio, que aloja al Instituto de Investigación Musical, una biblioteca especializada y un taller donde se fabrican y se restauran instrumentos.
Se hacen ‘tours’ organizados los jueves a las 18.00 y los sábados a las 11.00, que finalizan con una actuación en un órgano Wurlitzer Mighty de 1.228 tubos y 43 pistones, diseñado en 1929 para acompañar a las películas mudas en los cines.
Además, los domingos son frecuentes los conciertos realizados con instrumentos originales.
5. Museo Nazionale degli Strumenti Musicali
Fue inaugurado en 1974 y está ubicado en una de las salas del antiguo cuartel del ‘Príncipe di Piemonte’, construido en Roma en 1903. Su entrada está justo al lado izquierdo del jardín, junto a la iglesia de la Santa Croce in Gerusalemme.
El grueso de la colección de este museo fue donado por el cantante de ópera Evan Gorga. En la actualidad, el patrimonio del Museo comprende alrededor de 3.000 piezas: 840 de ellas están expuestos en las 18 salas de la primera planta, mientras que las restantes se reparten entre la segunda y el almacén.
Además de la colección de instrumentos de música occidental, contiene una sección dedicada a instrumentos de antiguas culturas (egipcia, griega, romana) y otra a instrumentos de países no europeos.
6. Museo Sibelius
El Museo Sibelius es el único totalmente dedicado a la música en Finlandia. El edificio, diseñado por Woldemar Baeckman, es una de las creaciones más originales de Finlandia de la década de 1960. Alberga una selección de 1.950 instrumentos de música tradicional y de arte musical procedente de todo el mundo. El material que contiene es de interés tanto para los expertos como para los melómanos.
Como es de esperar, una sala está reservada a la vida y la obra de Sibelius.
El museo fue fundado en 1926, cuando Otto Andersson fue nombrado el primer profesor de Musicología y Folclore de la Universidad Abo Akademi. En conjunto con la biblioteca del seminario, el profesor Andersson recogió material sobre musicología e historia de la música, incluyendo partituras, instrumentos musicales, cartas e imágenes. Así nacieron ‘Las colecciones de Historia Musical de la Universidad Abo Akademi’, como se llamaba hasta 1949, cuando, con el consentimiento de Jean Sibelius, se transformó en Museo Sibelius.
Durante el otoño, el invierno y la primavera celebra conciertos de música de cámara los miércoles por la noche.
7. Museo de la Música de Barcelona
Quizás no sea uno de los mejores del mundo pero, sin duda, es uno de los mejores de España. Abrió de nuevo sus puertas en marzo de 2007 con una presentación totalmente renovada de sus colecciones.
La nueva exposición permanente reúne cerca de quinientos instrumentos de distintas épocas y culturas y el recorrido principal se llama Orpheus. Comienza con una introducción a los elementos constitutivos de la música para continuar con su evolución en el tiempo y el espacio: empieza en las antiguas civilizaciones y recorre el nacimiento y la difusión de la polifonía, el barroco, el clasicismo y el romanticismo, los nuevos colores y la industria del sonido en el siglo XIX, así como los nuevos estilos y tecnologías del siglo XX.
En el edificio ocupan un lugar destacado los instrumentos de teclado y la colección de guitarras y hay una sala dedicada exclusivamente a los músicos catalanes.
En paralelo a las colecciones se encuentra La permanencia del sonido, una exposición en torno a la necesidad de fijar la música en distintos soportes a lo largo del tiempo. La Sala de Interactivos es también de gran interés. En ella el visitante puede manipular desde objetos y maquetas hasta instrumentos reales que dan respuesta a la pregunta «¿por qué suena?».
8. MIM: Musical Instruments Museum
Se encuentra en Phoenix, Estados Unidos. Y va más allá que los anteriores. Es lo que hoy viene a denominarse museo interactivo. Ofrece una experiencia compartida de la historia de los instrumentos musicales en todo el mundo. El espacio es muy luminoso y abierto.
La colección incluye instrumentos de cerca de doscientos países, entre ellos, India, China, Rusia, Estados Unidos o la República Democrática del Congo. Cuenta con secciones de música étnica, folk y música tribal. Los instrumentos tienen un importante mérito histórico-artístico y muchos tienen más de cincuenta años. El objetivo de MIM, en la medida de lo posible, es la adquisición de instrumentos de folk y música tribal.
9. Metropolitan Museum of Art
Se encuentra en Manhattan, Nueva York. Fue fundado en febrero de 1820 y es uno de los mejores museos del mundo.
Como es evidente, no es un museo musical propiamente dicho, pero su colección de instrumentos musicales es tan importante que hemos decidido incluirla en este recorrido. Contiene la friolera cifra de más de 5.000 instrumentos y cada continente está presente en sus diferentes etapas musicales.
El visitante puede encontrar entre sus paredes varios violines Stradivarius, instrumentos asiáticos fabricados con metales preciosos y hasta el el piano más antiguo del mundo, un modelo de 1720 de Bartolomeo Cristofori.
Al igual que otros museos europeos, organiza conciertos en los que los músicos utilizan los instrumentos que expone.
10. Haus der musik
La Haus Der musik o la Casa de la Música es un museo interactivo de seis plantas ubicado en el corazón del primer distrito de Viena, entre la catedral de San Esteban y de la Ópera Estatal de Viena. Alberga una serie de instalaciones interactivas que se abren a lo nuevo, a la comprensión y al entusiasmo de los amantes de la música. Fue galardonada con el Premio Museo Austriaco por su diseño innovador y está situada en el antiguo palacio del archiduque Carlos. Nada menos que 5.000 metros cuadrados por y para la música.
Anteriormente fue la residencia de Otto Nicolai (1810-1849), compositor de la ópera Las felices esposas de Windsor y fundador de la Filarmónica de Viena. Justamente es ésta (o su videoproyección), quien se pone a las órdenes de cualquier director virtual que se decida a probar suerte. Y no sólo esto es posible, ya que gracias al ‘virtostage’, un escenario multimedia interactivo, quien se mueve ante la pantalla, sale en la ópera «zeitperlen», de 15 minutos de duración.
Para los más pequeños se ha creado una escenario paralelo, con un «concierto zoológico» donde el cocodrilo canta blues, la rana baila la polca y el ciempiés baila claqué.
Otra de sus sorprendentes instalaciones es el Namadeus, un juego musical basado en Mozart. En él, los nombres de los visitantes se convierten en originales interpretaciones del compositor.