Roman Ondák (Žilina, Eslovaquia, 1966) propone con sus obras situaciones temporales en las que la presencia de objetos y personas, así como las modificaciones realizadas en el espacio, pasan, en una primera aproximación, desapercibidas al público. Sus intervenciones requieren de un espectador que forme parte activa de las obras y que queda convertido tanto en objeto artístico como en protagonista del acto performativo. La participación del público revierte en la consideración crítica por parte del artista de conceptos como autoría, representación e identidad.
Una nueva generación
Ondák representa el exponente de una nueva generación de creadores eslovacos y la obra que presenta en Madrid se encuentra relacionada con algunas de sus producciones más recientes: hacer cola a la puerta de una institución artística, enseñar a andar a un niño en una galería de arte, colocar macetas en dos balcones de manera idéntica o extraer de las paredes de una habitación sus enchufes para mostrarlos como unidad e incidir en la noción de espacio.
En su trabajo, el artista eslovaco reflexiona sobre la naturaleza del gesto artístico, el funcionamiento de las instituciones relacionadas con el arte y su impacto en la vida cotidiana.