Se trata de un hallazgo histórico. Las imágenes de la muestra pertenecen a la primera exposición que Magnum organizó como agencia, titulada El rostro del tiempo. Inaugurada en 1955 en el Instituto Cultural Francés de Innsbrück, posteriormente viajó a la Galería Würthle de Viena, el Palacio de Thurn und Taxis en Ratisbona y la universidad de Joanneum y la Neue Galerie en Austria. Tras eso, las fotografías quedaron misteriosamente olvidadas durante más de 50 años en el sótano del Instituto Cultural Francés de Innsbrück, donde han sido redescubiertas recientemente.
Además de las fotografías, se hallaron instrucciones de sus autores, especificando el orden en que debían colocarse sus obras, así como el color de fondo que tendrían al exponerse. La colección que puede visitarse hasta enero en la Fundación Canal ha decidido respetar los deseos de los ocho fotógrafos.
Fotoperiodismo y arte
La exposición contiene trabajos de Robert Capa, Henri Cartier-Bresson, Werner Bischof, Ernst Haas, Erich Lessing, Jean Marquis, Inge Morath y Marc Riboud realizados entre 1947 y 1954, periodo en el que Magnum Photos se estaba aún forjando para llegar a ser el mito de la fotografía que es hoy. Según Lorenza Bravetta, directora de Magnum Photos para Europa, aquel «fue un momento decisivo para Magnum», que, tras la muerte de Capa y Bischof, no sabía si seguir adelante.
Bravetta añade que El rostro del tiempo marcó un antes y un después en el mundo artístico. Su aparición se dio en un momento en que «el arte y el fotoperiodismo parecían dos disciplinas irreconciliables». Situación ante la que Cartier-Bresson se rebeló: «Además de las revistas hay otras formas de dar a conocer nuestras fotografías. Por ejemplo, las exposiciones».
El tiempo, finalmente, supo poner en su lugar las obras de estos artistas.
Retratos de una época
Las fotografías muestran reportajes gráficos muy distintos, que van desde momentos históricos hasta una superproducción cinematográfica hollywoodiense, sin dejar de lado los retratos costumbristas y las escenas de la vida cotidiana.
Los momentos históricos llegan de la mano de Capa, Cartier-Bresson y Lessing, con fotografías que son fiel testigo de los últimos días de la vida de Mahatma Gandhi y su funeral, una danza interpretada durante un festival vasco en 1951 en Biarritz–Francia y las imágenes de la ciudad de Viena durante la ocupación soviética, respectivamente.
Bischof y Morath retratan momentos costumbristas llenos de matices y contrastes. Por un lado, Bischof nos sorprende con fotografías diametralmente opuestas: niños peruanos con instrumentos típicos o un sacerdote sintoísta en el patio de un templo, captadas durante su viaje alrededor del mundo a comienzos de los 50.
Y por el otro, Inge Morath, la única mujer miembro titular del grupo, aporta una serie de fotografías realizadas en 1953 que retratan el conservadurismo inglés, tomadas en los distritos londinenses del Soho y Mayfair, entre las que se encuentra un retrato de Lady Eveleigh Nash, que acabaría siendo la obra más reproducida por la artista.
Escenas cotidianas
Marquis y Riboud nos acercan momentos íntimos y escenas de la vida cotidiana, como el viaje que realizó Marquis a Hungría en 1954 junto a su esposa Susi e Fisher (prima de Robert Capa), cuyas imágenes se publicaron en The New York Times Magazine; y la serie de fotografías realizadas en 1951 por Riboud en Dalmacia, antes de incorporarse a Magnum Photos, que termina de forma simbólica con un retrato del mariscal Tito durante un mitin.
Los fotogramas de Ernst Haas de la superproducción hollywoodiense de 1955 Tierra de faraones sirven de contrapunto. Las fotografías muestran el complejo rodaje en exteriores. Las tormentas de arena y el mes de ayuno del Ramadán convirtieron la filmación en una tortura para los cuatro mil figurantes, mayoritariamente musulmanes, y mostraron al mundo las peripecias de un rodaje cinematográfico.
Más de un segundo
A pesar de la diversidad de temas y enfoques, la exposición refleja la gran afinidad que existe entre los fotógrafos, que sin recurrir a procesos automáticos o digitales, ponen de manifiesto la idea que se ocultaba detrás de la agencia Magnum Photos: el ojo fotográfico, el momento especial y la proximidad al objeto.
Henri Cartier-Bresson afirmó “una buena foto es aquella que miramos durante más de un segundo”. Estas primeras fotos de la agencia Magnum Photos se apoderan de nosotros, incluso hoy en día, por bastante más tiempo que un segundo.