Santander se propone como un lugar incontestable para acoger la obra de una artista fascinada con el mar. Protagonista, nexo o telón de fondo en sus creaciones, desde los inicios de su carrera ha ocupado un espacio privilegiado en su producción artística. La exposición, comisariada por Vicente Todolí, recorre la trayectoria de Dean desde 1994 hasta 2008, utilizando una gran diversidad de soportes materiales.

En la planta baja de la sala se expone una de sus primeras obras, Girl Stowaway, de principios de los años 90, que toma como referencia el viaje de una polizón que viaja de Port Lincoln, en Autralia, hasta Falmouth, Inglaterra, en el año 1928. La historia de esta mujer que pasó 72 horas como viajera clandestina se explora en una película, dibujos, recortes de prensa y barcos de papel. Ella llegó a buen puerto, pero el barco acabó por naufragar varios años más tarde.

Tragedia, nostalgia y progreso

Paloma Botín, Tacita Dean y Vicente Todolí.

El cine de Dean se adentra en la nostalgia y la tragedia marítima en otras películas que también forman parte de la exposición. Disappearance at Sea se inspira en la historia de Donald Crowhurst, un hombre de negocios sin experiencia en navegación que participó en la regata Golden Globe que organizaba el Sunday Times en 1968 y que acabó por suicidarse en alta mar, aislado de todo. Disappearance at Sea II, por su parte, adapta la historia de Tristán e Isolda. Ambas películas son también piezas fundamentales de la exposición.

La historia de Donald Crowhurst vuelve en la película Teignmouth Electron. Para rodarla, Dean viajó al paraje caribeño donde el barco de Crowhurst acabó sus días y allí fue testigo de la ruina en la que se había convertido. Bubble House, como complemento, da cuenta del deterioro de una construcción que se encontraba cerca del barco. Ambas, forman un díptico sobre el paso del tiempo.

En Delft Hydraulics abandona la naturaleza trágica de las películas anteriores y se sumerge en el progreso, en la capacidad de la técnica para medir y controlar el curso de la naturaleza. En ella, se muestra la actividad de una máquina que genera olas artificiales para estudiar la erosión.

Más allá de la sala de cine

La cinematografía de Dean se aleja de convencionalismos a pesar de utilizar estándares de producción altos. No hay diálogos, no hay técnicas ortodoxas. En cambio, las tomas extremadamente largas que buscan la apariencia sin adulterar del mundo son la piedra angular de sus películas. Los objetos y los paisajes funcionan como metáforas de historias que apenas sí pueden entreverse.

En los últimos 10 años, Dean ha explorado las posibilidades del audiovisual fuera de las salas de cine habituales. Sus películas se han proyectado en museos y galerías, en las que los proyectores de 16 mm y el espacio radicalmente diferente han logrado construir una experiencia cinematográfica diferente.

Dibujos cinematográficos

The Roaring Forties: Seven Boards in Seven Days es una serie de «dibujos cinematográficos» realizados en pizarras que desarrollan un drama en siete actos. Dean los realizó en base a viejas postales, que utiliza como referencia para construir escenas que van desde tormentas hasta un barco navegando a toda velocidad, pasando por marineros inmersos en tareas de navegación.

La relación con el cine es clave en esta serie y puede apreciarse en las anotaciones que la artista realiza en los dibujos, donde hace referencia a técnicas cinematográficas como los cortes o los fundidos a negro.

A ellas hay que sumar dos pizarras que la artista ha dibujado de nuevo en Santander, obras inéditas que podrán verse por primera vez en la Fundación Botín.