También en 1956, cuando Elvis todavía no era ‘el Rey’, el fotógrafo Alfred Wertheimer (1929) se convirtió en su sombra día y noche y le sacó cerca de 3.000 fotografías, algunas de las cuales están grabadas en la retina de medio planeta. Mondo Galería (Madrid) acoge estos días una exposición con 30 obras de Wertheimer bajo el título Elvis. El nacimiento del Rock ‘n’ Roll.
¿Cómo describiría a Elvis?
El Elvis que conocí a los 21 años era básicamente una persona tranquila, un poco introvertido y muy centrado en casi todo, lo que le hacía tener un punto que considero extremo. A modo de ejemplo, me permitió hacerle fotografías y primeros planos muy cercanos, algo que la mayoría de la gente no te deja hacer porque se siente a disgusto cuando tiene al fotógrafo a dos metros de distancia. Sin embargo, Elvis me lo permitió y aún así actuó como si tuviera más espacio.
¿Qué pensaba de él mientras lo fotografiaba?
No creo que mucho porque era mi primer año como fotógrafo. Pensaba que era como los demás. Me enteré en el Mosque Theatre de que podía hacer que chicas que estaban a 30 metros de distancia llorasen cuando cantaba. Cuando encuentras un artista que hace eso, te das cuenta de que tiene un gran poder. Es una fórmula segura de éxito.
¿Había alguna característica en particular de Elvis que usted quisiera reflejar en las fotos?
Me di cuenta de que su perfil era muy clásico y me recordaba al de una estatua griega. También me gustó el gesto de burla de su labio superior izquierdo, algo muy característico de su expresión.
¿Cómo de importante es Elvis en su carrera como fotógrafo?
Muy importante. Comencé este trabajo el 17 de marzo de 1956 y todavía hoy, noviembre de 2013, 57 años después, estoy hablando y respondiendo preguntas sobre él y vendiendo fotografías. Dudo que vaya a tener otra trabajo que vaya a durar tanto tiempo.
Por supuesto, hubo una ruptura de 19 años, donde no tuve ni una sola llamada preguntándome por una fotografía de Elvis Presley. Fue entre el último tercio de 1958, cuando él se marcha como soldado a Alemania, hasta el día de su muerte, el 17 de agosto 1977. Sin embargo, desde esa fecha, y 35 años después, el teléfono suena varias veces por semana para una historia o una fotografía de Elvis.
Si piensa en él, ¿qué imagen le viene a la mente?
Lo primero que pienso es que murió demasiado joven. La semana pasada celebré mi cumpleaños número 84 y Elvis murió a los 42 años, así que he doblado su vida real. Supongo que si hubiera vivido una vida con un ritmo menos frenético y libre de drogas podría haber vivido más tiempo, pero como una vez le dijo a alguien después de pedir ciertas drogas: “Si nadie me las da tendré que comprar una farmacia y así tendré todo lo que necesito”.
La conclusión es que él consiguió lo que quería pero perdió lo que tenía, y si interpreto a John Lennon correctamente, Elvis alcanzó la fama y la fortuna, pero perdió la tranquilidad de su vida privada y se convirtió en prisionero de su propio éxito.
Wertheimer
Alfred Wertheimer nació en Alemania en 1929, emigró a Estados Unidos y se afincó en Brooklyn siendo aún un muchacho. Su precoz interés por la arquitectura y el diseño lo llevó a estudiar en la Cooper Union, donde se licenció en 1951. Sus fotografías, que atrajeron la atención internacional por primera vez tras la muerte de Elvis Presley, captan la metamorfosis de la música pop y la transformación cultural de los Estados Unidos.