Todos ellos pasaron por París, centro musical en la Europa de finales del XIX y principios del XX, y todos ellos fueron discípulos de Felipe Pedrell, impulsor del ‘nacionalismo musical español’. Sus obras forman parte del repertorio de las principales orquestas del mundo y de los mejores directores. El programa incluye también un homenaje a la figura del poeta Federico García Lorca, amigo personal de Falla, con una Fantasía sobre temas populares españoles firmada por el compositor Alejandro Vivas en referencia a la colección de canciones armonizadas por el poeta e interpretadas por La Argentinita en 1931.
100 años de La vida breve y El amor brujo
El 7 de enero de 1814, hace justamente un siglo, tuvo lugar el estreno de la ópera de Manuel de Falla La vida breve en el Théâtre National de l’Opéra-Comique de París, 10 años después de haber ganado con esta obra un concurso de composición convocado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. El 14 de noviembre de ese mismo año se estrena, por fin, en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Esta ópera, cuyo estreno tanto se hizo esperar, ha sido la obra escogida por Silvia Sanz como broche final del concierto con la interpretación por parte de la Orquesta Metropolitana de Madrid y el Coro Talía de tres de los números más brillantes entre los que no podía faltar la famosa Danza Española.
El programa incluye otras obras clave de Falla como las conocidas Danza del fuego fatuo y Danza del terror de su ballet El amor brujo, estrenado en el Teatro Lara de Madrid en 1915 con Pastora Imperio como Candela.
El otro plato fuerte del concierto es la Suite nº 2 de El sombrero de tres picos, estrenado en el Alhambra Theatre de Londres en julio de 1919 a cargo de los Ballets Rusos de Diaguilev con decorados y figurines de Pablo Picasso.
En tiempos de Falla
La primera parte del concierto estará dedicada al entorno de Falla y a la música que se hacía y se escuchaba en su época. Se iniciará con zarzuela, el género musical más popular en la España de entonces, con el preludio de El tambor de Granaderos de Ruperto Chapí, que llegó a ser maestro de Falla cuando éste estudiaba en Madrid y el Coro de Románticos de Doña Francisquita de Amadeo Vives, con el que también colaboró Falla en el inicio de su carrera.
Del compositor sevillano Joaquín Turina se ha escogido Orgía, nº 3 de sus Danzas fantásticas (1919). Turina conoció a Falla en 1902, se instaló en París en 1905 y animó a Falla a que hiciera lo mismo. Ambos regresaron a Madrid en 1914 forzados por el estallido de la I Guerra Mundial. En la capital francesa, Falla conoció a Paul Dukas, a Claude Debussy, Maurice Ravel y también al español Isaac Albéniz, que era ya un compositor reputado que vivía entre París y Londres. Tanto Joaquín Turina como Manuel de Falla visitaban con frecuencia la casa de Albéniz, convertida en refugio de artistas españoles a los que prestaba su apoyo.
Sevilla, compuesta en Madrid en 1886 y parte de la Suite española, es la pieza de Albéniz escogida para este concierto. La otra gran figura de la música española de esta época es Enrique Granados, conocido especialmente por su obra pianística, especialmente por las Goyescas, inspirada en las pinturas de Goya y que luego convirtió en una ópera cuyo famoso Intermezzo forma parte también del programa.
Homenaje a Lorca
El concierto incluye también el estreno de una Fantasía sobre temas populares españoles, compuesto por Alejandro Vivas en homenaje a Federico García Lorca y en recuerdo a las canciones populares armonizadas por el poeta y también músico.
Falla conoció a Lorca cuando estableció su residencia en Granada y pronto fueron amigos y colaboradores. Ambos se sintieron atraídos por el mundo del flamenco y pusieron en marcha el concurso de Cante Jondo. Falla compuso también la música para una función de títeres de cachiporra en la casa del poeta donde se interpretó, entre otras obras, un entremés de Cervantes. Los títeres y Cervantes formaron parte poco después de otra obra esencial de Falla, El retablo de maese Pedro, basada en un episodio de Don Quijote de la Mancha.