Los potentes y personales dibujos de Bonet se funden con sus relatos y tienen un gran impacto visual, algo característico en su obra. La ilustradora es especialista en dibujar emociones y traducir palabras en imágenes.
Como explica la propia ilustradora, «este es un libro sobre finales que llegan, sin avisar, que nos parten en dos mitades, que se arrastran durante años y que nunca se acaban porque confunden orgullo con recuerdo. Y entonces cogemos trenes, reservamos habitaciones de hotel en pueblos olvidados, vivimos enganchados a pantallas esperando que alguien decida hablarnos para informarnos del siguiente movimiento, el que nos acercará conscientemente a un final que hace años que buscamos. Pero ese final no llega. Y de repente, un día nos despertamos y sentimos el vacío: en la pantalla aparece THE END y decidimos empezar otra historia. Una en la que nunca tengamos que fingir que no nos conocemos».