Desde la peor Europa posible. A pesar del miedo, o por encima del miedo, ese miedo incierto que se vive en el continente, sobre todo entre los habitantes del sur. Partiendo de lo difícil que es ver lo que se tiene delante de los ojos surge la necesidad de plantearse cuál es nuestro lugar en el mundo. Lo que se insinúa o se sugiere importa más que lo que se afirma o se muestra. Provocar la magia de lo que puede ser, la imaginación de lo que no se conoce, la suposición de otra realidad que atrae por el misterio de lo desconocido.
La propuesta se estrenó en el antiguo Auditorio de la Universidad de Santiago, un espacio desmantelado, casi diáfano, con un gran potencial escénico. La obra se ofrece de una forma singular en el Bergidum: el público ocupa el escenario y los intérpretes ocupan el espacio habitualmente reservado al público (patio de butacas, anfiteatro y palcos).
Mónica García, Rut Balbís y Nuria Sotelo, bailarinas y actrices, comparten la escena con la dramaturga Ana Vallés, una de las creadoras más interesantes de la escena española contemporánea.