Las formas geométricas y las vegetales son las señas de identidad de esta artista que lleva ya 15 años decorando las calles de la capital con sus atípicos grafitis, realizados en pintura en lugar de spray. Su trabajo crea una interacción y diálogo con la superficie, un intercambio entre ella y el medio mismo de la ciudad, pero también con el público.
Lenguaje abierto
Su obra es un ‘lenguaje abierto’ que trabaja en contra de la saturación, de la sobrecarga de señales a la que el ciudadano está sujeto en la vida cotidiana de la ciudad. Pero hay mucho más. Con el uso de instalaciones, vídeos, murales y acuarelas, o cualquier otra herramienta a la que tenga acceso, la artista recrea su mundo dentro de este nuevo contexto vital y siempre de alguna manera conectándolo con el espacio de la ciudad.
La muestra se centra en un conjunto de pinturas, dibujos e instalaciones escultóricas que muestran el desarrollo artístico de Mora, en un período marcado por la línea imaginaria que atraviesa su obra.
Su trabajo se desarrolla en torno a la actividad plástica, el diseño, la artesanía y el grafiti, disciplinas que no se dan por separado, sino que proponen una reflexión espacio temporal y conforman un conjunto unitario. Como afirma la artista, «entiendo la frontera principalmente como línea imaginaria entre territorios, como margen en el que es el artista el que traza su propio límite y propongo con esta exposición una reflexión sobre el margen y convergencias en torno a esta línea».