Para buena parte de los entendidos, Vyacheslav Fetisov es el mejor jugador de hockey sobre hielo de la historia. Fue el capitán de la que también para muchos ha sido la mejor selección nacional que haya habido nunca de este deporte: el mítico «Ejército Rojo», una dinastía deportiva única, que ganó casi todos los campeonatos que se le pusieron por delante.
Al ritmo del Bolshói
El juego espectacularmente creativo y revolucionario de aquel quinteto se inspiraba, según sus integrantes, en los movimientos del Ballet del Bolshói. En ellos se recrea Red Army, y muy especialmente en el magistral Fetisov, considerado durante un tiempo auténtico héroe nacional, más tarde derribado a la categoría de maldito enemigo político del régimen y finalmente senador, ministro de Deportes y amigo personal del presidente Putin.
Como afirma Polsky, «aquel equipo era arte y magia a la vez. Trajo el color a un deporte que era en blanco y negro». Esa magia logra transmitirla la cámara para levantar un documental que trasciende el mero documento para –en una sucesión de planos de ritmo medido marcado por el contraste de un montaje en el que ensamblan lo pausado y lo frenético, y en una serie de entrevistas muy cinematográficas y minuciosamente planteadas– impedir que el espectador parpadee.
Paradoja social
Por la pantalla, al aire de los sticks y de la pastilla que conducen hacia la portería contraria, desfila la vida de un imperio, de un sistema, de una sociedad en la que la paradoja, insiste el relato, está muy presente.
Como afirma Polsky y refiere Red Army, aquellos jugadores vivían en una sociedad opresiva pero en la pista parecían más liberados que los de Estados Unidos, que jugaban de un modo violento, sistemático y plano.
Ahora bien, deja claro el documental producido por Werner Herzog, aquellos brillantes soldados sobre hielo pasaban más de diez meses al año en una especie de encierro, entrenando muchas horas al día, alejados de sus familias, y sin posibilidad de abandonar el equipo bajo la amenaza de ser deportados a Siberia.
En un tiempo en el que los documentales crecen como género y por las pantallas desfilan magníficos ejemplos, es decir, en un tiempo en el que no resulta fácil innovar en una parcela del cine tan bien armada, Red Army aporta nuevas formas.
Hockey, sí. Goles, también. Pero sobre todo asistimos al acontecer de experiencias humanas, con todo lo que comportan de gloria y miseria.
Dirección: Gabe Polsky
Protagonistas: Vyacheslav Fetisov, Anatoli Karpov, Alexei Kasatonov, Felix Nechepore, Vladimir Pozner y Tatiana Tarasova
Fotografía: Svetlana Cvetko y Peter Zeitlinger
Música: Christophe Beck y Leo Birenberg
Rusia-Estados Unidos / 2014 / 76 minutos