Centro Pompidou de Málaga
El apellido Pompidou remite inmediatamente a arte moderno y contemporáneo. Su sede central, ubicada en París, se encuentra entre los 10 museos más visitados del mundo. A su excepcionalidad artística se suma su exclusividad en tanto que nunca ha traspasado las fronteras galas. Hasta ahora.
Tras el centro parisino original y el situado en Metz, en la provincia francesa de Lorena, el Pompidou decidió embarcarse hace dos años en el proyecto de su tercera sede, esta vez de carácter internacional, poniendo sus ojos en Málaga.
La aventura cristalizará el próximo mes de marzo con el nacimiento del nuevo miembro de la familia Pompidou. El Cubo del Muelle Uno del puerto malagueño, de 6.300 metros cuadrados, será el nuevo hogar de unas 70 obras del espacio del Beaubourg parisino que conformarán una exposición permanente completada paralelamente con una muestra temporal que llegará a Málaga cada año tras su paso por la capital gala.
El acuerdo inicial fija una colaboración de cinco años entre ambas partes, prorrogables si a los franceses les salen las cuentas con esta apertura al mundo. El Pompidou aterriza en una ciudad con dos grandes apellidos a los que hacer frente: Picasso y Thyssen. Málaga, erigida en campo de pruebas, puede abrir la puerta a una expansión global.
Museo Universidad de Navarra
El pasado 22 de enero, Pamplona se vistió de gala para la inauguración de su nuevo centro artístico. El proyecto del que éste partió va más allá del mero carácter expositivo. En él se dan cita nada menos que la investigación interdisciplinar, el mecenazgo, la formación, la aplicación de la actividad docente a prácticas museísticas y el servicio a la comunidad.
El espacio, de 11.000 metros cuadrados y diseñado por el arquitecto navarro Rafael Moneo, que firma su obra más abstracta, se compone de 14 salas expositivas, un teatro con 750 butacas, tres talleres, dos aulas, biblioteca, oficinas, almacenes, restaurante y otros servicios. Además de a las artes visuales, el centro navarro abre sus puertas a las escénicas y musicales, lo que fue constatado con las dos representaciones que la Compañía Nacional de Danza realizó para el nacimiento del museo.
Dos colecciones vertebran y promueven la creación del centro: la de María Josefa Huarte, que contiene medio centenar de pinturas y esculturas de artistas como Palazuelo, Oteiza, Tàpies, Picasso, Kandinsky, Rothko o Chillida; y el fondo fotográfico de la Universidad de Navarra, compuesto por 14.000 fotografías y 100.000 negativos que abarcan del siglo XIX hasta nuestros días, que incluye además el legado artístico del fotógrafo José Ortiz-Echagüe.
Además de su colección propia, dividida en las exposiciones El mundo al revés: El calotipo en España (del 22 de enero al 26 de abril), Norte de África: José Ortiz-Echagüe (del 22 de enero al 26 de abril) y La colección María Josefa Huarte: Abstracción y modernidad (del 22 de enero al 31 de agosto), hay programadas dos muestras temporales que podrán ser visitadas hasta el 19 de julio: The third place, de Carlos Irijalba, que aúna los proyectos Twilight (2009) e Inertia (2012); y The black forest, de Iñigo Manglano-Ovalle, que presenta dos cubos revestidos de madera de pinus radiata mediante la técnica japonesa de Shou Sugi-Ban.
Centro Botín
Si algo ha insistido en aclarar la Fundación Botín es que su proyecto no es un museo, sino un centro. A primera vista los conceptos parecen muy similares, pero el propósito de la fundación es ahondar en la investigación científica y social abriendo sus puertas a seminarios y encuentros, además de apoyar las artes plásticas y la cultura a través de exposiciones temporales y la creación de talleres y becas.
El desarrollo de la creatividad a través de las artes es uno de los estímulos para la creación del centro, ubicado junto al Ayuntamiento de Santander y la Autoridad Portuaria de la capital cántabra. Para ello, la fundación firmó un acuerdo con la Universidad de Yale para poner en marcha un proyecto pionero en la investigación y relación entre creatividad y emoción.
El edificio, cuya inauguración tendrá lugar en verano de 2015, lleva la firma del arquitecto genovés Renzo Piano, quien lo ha diseñado a modo de gran plaza pública, estableciendo una continuidad con los Jardines de Pereda, situados en la zona trasera del centro. Precisamente estos jardines acogen desde el pasado 19 de diciembre la primera actividad del espacio, la instalación 7.8 Hz, del artista germano-belga Carsten Höller, en la que juega con la alternancia de los parpadeos e intensidades de las luces del parque, creando un sugestivo «cine cerebral» en la mente del visitante.
Museo Carlos de Amberes
El pasado mes de difuntos alumbró un nacimiento, el de un centro artístico en Madrid auspiciado por la Fundación Carlos de Amberes. Ésta, cuyo propósito apunta a estrechar lazos entre España y los Países Bajos, situó convenientemente su museo en la «capital del arte flamenco en Europa», en palabras de Francisco Checa, director científico del centro.
Para abrir sus puertas por todo lo alto, el museo se reunió de obras de algunos de los más importantes maestros flamencos y holandeses: Rubens, Van Dyck, Jordaens I, Brueghel el Viejo… Tal reunión de genios es posible gracias a los préstamos realizados por el Real Museo de Bellas Artes de Amberes (KMSKA), que ha entregado 21 obras; el Museo Nacional del Prado, que ha prestado 10; Patrimonio Nacional, que ha colaborado con un tapiz; y la Biblioteca Nacional y la Fundación Custodia de París, que han cedido 11 aguafuertes de Rembrandt.
Pese al carácter de préstamo de las obras que expone, la vocación del nuevo centro madrileño es de permanencia, apoyándose en cesiones por un tiempo superior al estipulado en una exposición temporal y a la posible prórroga tras un año de exhibición. En cualquier caso, las entidades colaboradoras están dispuestas a seguir abriendo sus fondos para apoyar las nuevas andanzas del espacio de arte flamenco.
Museo del Diseño de Barcelona
Cerrando 2014 irrumpió en el panorama artístico un centro cuyo origen partía de una propuesta no poco ambiciosa: integrar en un único espacio las más de 70.000 piezas de las colecciones de artes decorativas, cerámica, diseño gráfico, diseño de productos, artes gráficas, textil e indumentaria que anteriormente habían sido expuestas de manera independiente en los distintos museos de Barcelona.
Para dar cabida a tantos trabajos, de los cuales 1.810 han necesitado de una minuciosa restauración, el centro dispone de 6.000 metros cuadrados de espacio expositivo, 916 metros cuadrados para un Centro de Documentación que reúne más de 22.000 documentos relacionados con las artes del objeto y el diseño, 2.000 metros cuadrados de espacios de reserva y conservación y 160 metros cuadrados de espacios educativos donde tendrán cabida programas de divulgación.
El edificio, obra del equipo de arquitectos MBM (Martorell, Bohigas, Mackay, Capdevila i Gual), se enmarca en la barcelonesa Plaza de las Glorias. Su parte aérea, que se levanta a 14,5 metros con un perfil escultórico llamado a convertirse en un icono de la localidad, acoge las salas de exposiciones, mientras que la zona subterránea, que aprovecha el desnivel de la plaza, recibe las instalaciones de documentación y los espacios de reserva.
Además de las cuatro exposiciones de producción propia, aún vigentes, que sirvieron para abrir el museo, Del mundo al museo. Diseño de producto, patrimonio cultural, Extraordinarias! Colecciones de artes decorativas y artes de autor (siglos III-XX), El cuerpo vestido. Siluetas y moda (1550-2015) y El diseño gráfico: de oficio a profesión (1940-1980), este mes se inaugura la primera muestra temporal, Diseño para vivir.
Museo de Culturas del Mundo
Hace escasos días Barcelona vivió el nacimiento de un centro motivado por la difusión y conocimiento de la creación artística de culturas de Asia, África y Oceanía. La ciudad condal, que alberga un vasto patrimonio a ese respecto desde finales de los años cuarenta, encuentra así una plataforma de visibilidad.
El nuevo museo barcelonés presenta una importante parte de la colección de la Fundación Folch, que reúne cerca de 2.400 objetos de arte de África, Asia, América y Oceanía. La oferta se completa con fondos del Museo Etnológico de Barcelona, la Fundación Arqueológica Clos y la Colección Arqueológica Duran Vall-llosera.
Su exposición permanente, que transitará paralela a muestras temporales (la primera de ellas, dedicada a la escritura) y actividades educativas, parte del antiguo reino africano de Benín y continúa en la región del río Karawari, en Oceanía, a la que sigue una ruta por la Polinesia, Filipinas, La India, Japón, China y Corea, para finalizar en la América precolombina. Un recorrido que se remonta al año 3000 a.C. y reflexiona, además de sobre las creaciones artísticas de diferentes culturas, sobre la capacidad del ser humano de engendrar mitos que expliquen misterios universales.
Las reliquias expuestas comparten espacio con un conjunto de recursos museográficos interactivos y audiovisuales que parte de los fondos gráficos, fílmicos y documentales del Museo Etnológico de Barcelona y la Fundación Folch y que ayuda al visitante a profundizar en diversos aspectos relacionados con las culturas y los paisajes que cada sala ofrece.