Así, la 54 SMRC comenzará el sábado 28 de marzo con un concierto homenaje a Santa Teresa bajo el título Una vida entre la Devoción, el Misticismo y la Reforma, que hará un recorrido por la vida de la Santa haciendo una reflexión de sus menciones musicales en sus diferentes libros. También estará presente en las tres jornadas habituales que celebra el festival, que tendrán lugar el 30 y 31 de marzo, y el 1 de abril, y que en esta edición buscan explicar la influencia del Concilio de Trento en el arte y la música.
Apertura de repertorio
A lo largo de la Semana Santa de 2015, los amantes de la música podrán escuchar obras del repertorio religioso como la Pasión según San Mateo BWV 244 de Johann Sebastian Bach, dirigida por el tenor Cristoph Prégardien e interpretada por el Balthasar Neumann Choir y por Le Concert Lorrain, pero también grandes obras de carácter profano con una alta espiritualidad o trascendia.
«Pienso que la música religiosa va más allá de las géneros musicales considerados propiamente religiosos y por eso este año hay una apertura a un repertorio que he considerado trascendente, místico o espiritual, y que puede existir en lo profano», dice la directora de la Semana de Música Religiosa de Cuenca, Pilar Tomás. «Un ejemplo es la Sonata D 960 de Schubert que tocará Javier Perianes el Domingo de Ramos, o el concierto de la Sinfónica de Galicia en el que se interpretará la Sinfonía nº 3, opus 43, ‘El Poema Divino’ de Scriabin. Un concierto que conecta también con Torner, pintor al que hacemos este año un homenaje con una exposición», añade.
La directora reconoce también que quería que Scriabin estuviera presente. «Creo que es un compositor glorioso y la interpretación de este sinfonía va a ser uno de los grandes momentos del festival. Al fin y al cabo también parte del concepto divino. Otro gran momento será el recital de Fabio Bonizzoni y la Risonanza, organizdo junto al CNDM, que interpretarán la Misa de la coronación en do mayor KV 317 de Wolfgang Amadeus Mozart y también una obra de Sebastián Durán, al que año que viene queremos dedicar la Semana», apunta Tomás.
«Por otro lado, siempre hemos tenido un compromiso con la música contemporánea y por eso hay un encargo al año. Creamos el Festival y luego nació el Museo de Arte Abstrato de la ciudad y con él llegó otra misión. Por eso este año hemos aunado ambas y habrá una obra dedicada a Torner (y sus vidrieras) compuesta por Joan Magrané, último ganador del Premio Reina Sofía. Se llama Tu solus qui facis mirabilia y se estrenará en la catedral el martes 31 de marzo».
La SMRC presentará además una segunda obra de encargo, en colaboración con el CNDM, compuesta por José María Sánchez-Verdú. Totentanz Buch (Libro de danzas de la muerte) está escrita para instrumentos medievales y recoge de alguna manera la música del Códice de Huelgas a la vez que establece «un diálogo entre los músicos antiguos y los músicos modernos». Se estrenará el día de Vienes Santo a las 22.30 horas, interpetada por Organum, Tasto Solo y Schola Antiqua.
Música contemporánea y… Bach
La música contemporánea estará presente casi todos los días con obras de compositores diversos como Krzysztof Penderecki, Georg Crumb o Caroline Chauveau. Y «por supuesto, no faltará Bach», ya que además de ofrecer una de sus Pasiones, el festival ha organizado un concierto con integral para violonchelo a cargo de Jean-Guihen Queyras (el lunes 31 de marzo a las 20,30 h.)
Esta edición no ha querido descuidar tampoco su labor divulgativa y pedagógica, así que además de sus tradicionales jornadas, ofrecerá dos cursos específicos, uno dedicado al estudio del Canto Gregoriano y otro de Apreciación Musical. El primero se ha organizado junto a la Asociación Hispana para el Estudio del Canto Gregoriano (AHisECGre) y pretende abordar los cantos litírgicos propios de la Semana Santa. El segundo está coproducido junto a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y sus conferenciantes son compositores, músicos y musicólogos de gran prestigio, entre los que se encuentran Yolanda Criado, Enrique Martínez Miura, Jorge Fernández Guerra y Luis Gago.
Sin duda, una semana para disfrutar de música y de intérpretes de gran calidad en una ciudad, Patrimonio de la Humanidad, comprometida desde hace muchos años con las artes. Para su directora, los últimos «han sido unos años terriblemente duros. Vivimos con una reducción presupuestaria y de plantilla increíbles y creo que resistir es importante. Quiero creer que una vez pasado este trago podamos seguir adelante y quiero pensar que el festival de Cuenca es importante para los melómanos de España y también para los de fuera, que vienen mucho».
Homenaje a Torner
Gustavo Torner y su proceso de creación artística son también protagonistas en la Semana Santa de Cuenca. Este año se cumple el vigésimo aniversario de una de sus obras más emblemáticas (además muy relacionada con el hecho religioso): las vidrieras que imaginó para la catedral de la ciudad, y por eso el festival quiere hacerle un homenaje con una exposición en las salas de la catedral. En ella se podrán ver los bocetos de las vidrieras, que hoy se guardan en el museo Reina Sofía, y que por primera vez serán expuestos en conjunto. También obras pertenecientes a la Fundación Juan March, a coleccionistas privados y al propio Gustavo Torner.
La exposición está comisariada por Alfonso de la Torre, que inicia esta muestra desde la ventana del estudio del artista: «Desde ella se ve la Iglesia de San Pablo donde está el Espacio Torner. A la derecha está la catedral, que es donde se ubica la exposición, y un poquito más a la derecha está el Museo de Arte Abstracto. En esa especie de triángulo, casi esotérico, ha sucedido todo su mundo. 70 años de creación, 90 cumple ahora, que han tenido mucho que ver con eso que él está mirando desde su ventana». Así, «la exposición recoge el mundo Torner a través de un par de cuadros figurativos (uno de ellos de la propia catedral) y otro que bien pudiera describirse como tautológico, porque es una pintura de su estudio, pero representado cerrado, con la puerta cerrada y el título de Interior«.
La imagen del cartel de la muestra es una fotografía de los hermanos Blasi, que estuvieron en Cuenca a mediados de los años 60, y en ella está «Torner sentado en un sillón en el que gira sobre sí mismo». «Esa imagen de espiral, de Torner mirando hacia dentro, es la imagen también de esta exposición, que se completa con algunas imágenes audiovisuales de sus referencias para hacer las vidrieras, de un mural que está en la Universidad de Oslo, de otra en la que mira las vidrieras de Matisse en un pequeño pueblo de Francia, o de aquella en la que recuerda las vidrieras de la catedral de York. También tenemos una entrevista audiovisual que hemos reproducido», explica el comisario.
De la Torre le describe como un artista espiritual, «un artista que ha pasado por muy diversas reflexiones que van desde pensar en el ADN, en el Big Bang, en el agua primigenia, y también en Dios». «Como decía Fernando Zóbel, el estilo de Gustavo Torner es un estilo de pensar, que sin eludir lo plástico, habla de la inteligencia».
Para el comisario estamos ante un «artista fundamental en la plástica, pero también en el montaje de exposiciones, ya que a él se deben, por ejemplo, los primeros montajes de las muestras de la Fundación Juan March o algunos montajes de salas del Museo del Prado. Ha realizado escenografías, y aunque suene un poco tópico decirlo, es un hombre renacentista, en el sentido de que su mirada no ha estado sólo en el lienzo o la pintura, sino que ha abarcado diversos ámbitos. Como ejemplo tenemos algunas de sus primeras fotografías, que en 1955 expone por primera vez en una de las primeras galerías-librerías que hubo en España».
Sin duda, «un artista esencial que ahora padece el oprobio de tener cerrado el espacio Torner por las dificultades económicas de estos tiempos y que, por supuesto, merece ese homenaje que le hace la Semana de la Música Religiosa de Cuenta».