Algunas de las canciones fueron compuestas y grabadas en forma de maquetas en el garaje-estudio de Aaron Dresner (The National) en Brooklyn. La banda luego regresó a los estudios Eastcote londinenses (donde grabaron Sigh No More) para componer y grabar más maquetas.
Este nuevo trabajo supone un significante cambio de la joven banda con respecto a sus álbumes previos: Sigh No More, en 2009; y Babel en 2012. Las primeras sesiones en Nueva York y Londres fueron testigo del cambio de perspectiva del grupo no solo en cuanto a componer y grabar sino también en la textura y la dinámica. Hay un sentimiento minimalista y a la vez panorámico en el disco cuyo sonido que Marcus Mumford describe como “un desarrollo y una evolución, no una partida”.