La muestra es fruto de la necesidad de construir un gabinete de curiosidades del siglo XXI, dejando atrás los clásicos que tan de moda se pusieron durante el Renacimiento y que murieron en los albores de la modernidad, con la creación de los museos. Estas colecciones pretendían entender el mundo y hacer las veces de contenedores de la memoria a través de los objetos.
Para El Prodigio se ha seleccionado una colección de piezas antiguas y contemporáneas que navegan entre la realidad y la ficción, la naturaleza y el artificio, la vigilia y el sueño y que son, como su nombre indica, verdaderos ‘prodigios’. El comisario y responsable de la galería, Artur Ramon, asegura que esta exposición es “una apuesta transgresora y alejada de la línea habitual, pero completamente necesaria para remover, de una vez por todas, la conciencia anestesiada de nuestro coleccionismo”.
La exposición es un “diálogo entre el arte contemporáneo, con elementos visionarios y objetuales, con el arte histórico” a través de una presentación ecléctica y sorprendente, asegura Pablo Milicua. En esta moderna Wunderkammer se puede ver la fusión de obras del pasado y actuales de una manera transversal e híbrida, casi orgánica.
El Prodigio, a la manera de una fábrica de sueños, permite al visitante reencontrarse con el gorila con el que se retrataron tanto Dalí como Ava Gardner cuando estaba en una jaula de cristal en el taxidermista de la plaza Real, que da paso a una exposición en la que el objeto prodigioso y extraño es el centro de atención.
Destacan entre todas las obras el cráneo de un cocodrilo de Pancrace Besa, los grabados de las Carceri de Piranesi y el Anacoreta de Fortuny, junto con la poética surreal y misteriosa de Evru, la ironía de Carlos Pazos, el impacto de las obras de Marcel·lí Antúnez, las intrigantes propuestas de Yolanda Tabanera y los collages y objetos conceptuales de Pablo Milicua. Su unión, vinculadas por el hilo argumental que teje la muestra, produce un efecto de maravilla y sorpresa continua en el espectador, que se sentirá testimonio de una experiencia única.
- La exposición se enmarca dentro de la primera edición de la Barcelona Gallery Weekend