A casi kilómetros de Estambul, en un remoto pueblo del norte de Turquía, cinco hermanas entre la niñez y la adolescencia viven con su abuela y un tío tras haberse quedado huérfanas como consecuencia de un accidente de sus padres.
Su vida transcurre en un ambiente represivo obsesionado por la tradición más rancia que sitúa en un altar la «virtud» de las chicas. La obediencia y la sumisión sin condiciones son cuestiones ante las que ellas, cada una a su modo, se rebelan.
Esa lucha por la libertad, que se encona cuando tío y abuela deciden cederlas, una por una, en sendos matrimonios concertados, se convierte en un conmovedor pulso entre el pasado y el presente en la sociedad turca actual.
Hay más cera de la que arde en esta magnífica propuesta que ha recibido ya numerosos premios, entre ellos cuatro César, el Goya a la mejor película europea, el de la Academia de Cine Europeo, el del Parlamento Europeo y el Premio a la Libertad de Expresión de la National Board of Review.
Denuncia en forma de cine
Esta denuncia en forma de cine no ha sentado nada bien en los sectores más conservadores de Turquía, en donde el gobierno de Erdogan ha optado, como manifiestan con claridad sus recientes movimientos, por recortar libertades elementales.
«Vivimos en un país de extremos y hubo reacciones muy violentas en las redes sociales. Pero la película está impregnada del ambiente que se respira en mí país. La escena en la que los móviles de las chicas son confiscados, por ejemplo, es muy representativa de un país en el que se ha prohibido Twitter y donde se recortan los derechos todos los días», afirma la propia directora.
Pero como señaló en la presentación de la cinta en Madrid Günes Sensoy, la actriz que da cara a la más pequeña y más rebelde de las cinco protagonistas, «también allí han sido muchas las personas que nos han felicitado y se han alegrado de que hayamos podido rodar una película en la que podemos expresar aquello con lo que no estamos de acuerdo».
Mustang, que también logró notable eco en el pasado Festival de Cannes, tiene en la espontaneidad de sus cinco protagonistas, de las que sólo una de ellas, Elit Iscam, tenía experiencia como actriz, el mayor de sus muchos aciertos.
Cuando el espectador abandona la sala tras haberse reído abiertamente porque no son pocos los momentos de humor, inteligente humor, vividos, late en su interior la inquietud, cuando no la indignación, ante el espectáculo que brindan muchas sociedades cuyos gobernantes han decidido hacer víctimas de la cerrazón moral y cultural a sus habitantes. Por eso Mustang, además de ser una gran película, es una lograda queja y una brillante, desgarrada, denuncia.
Dirección: Deniz Gamze Ergüven
Guión: Deniz Gamze Ergüven, Alice Winocour
Intérpretes: Günes Sensoy, Doga Zeynep Doguslu, Tugba Sunguroglu, Elit Iscam, Llayda Akdogan
Fotografía: David Chizallet, Ersin Gk
Música: Warren Ellis
Francia, Turquía / 2015 / 97 minutos