La extensa trayectoria de Venet le ha llevado a trabajar en diferentes modalidades artísticas: desde la pintura, la fotografía o el cine, a la música, el diseño y, por supuesto, la escultura. No obstante, en los diversos medios tanteados ha mantenido la máxima de utilizar sus obras como interrogantes abiertos que ofrezcan una nueva perspectiva a nuestra sociedad. El francés debe su celebridad a las esculturas de enormes proporciones que se hayan instaladas en ciudades de todo el mundo, como París, Berlín, Tokyo o Denver. El material que emplea en la mayoría de ellas es el metal, sin embargo, su investigación artística le lleva a experimentar con otros componentes como el carbón, el alquitrán o la grava.
En ellas puede rastrearse la influencia que ejerció el Minimal Art, que pudo conocer de primera mano en su visita a Nueva York en 1966, ciudad en la que actualmente reside y trabaja. Tomando como referencia a reconocidos nombres de este movimiento, como Donald Judd, Dan Flavin o Carl André, Venet incorporó a sus diseños la simplicidad que aún se percibe en el uso del mismo tipo de línea en cada obra, quedando no obstante enmascarada ante la confusión creada por las numerosas intersecciones que se dan entre ellas. Por otra parte, su base conceptual encuentra otro pilar en la lógica y en las matemáticas como componentes esenciales para la construcción de sus proyectos.
Cromatismo natural
Su producción escultórica se centra, por tanto, en series formales en las que introduce variantes cambiando el ángulo, la altura o la distancia de las líneas que forman cada pieza. En esta muestra pueden contemplarse tres de estas series, entre las que cabe destacar Indeterminate Lines por ser aquella con la que comenzó su despegue internacional.
Sin embargo, llama la atención entre todas las obras expuestas la que corresponde a Angles, su trabajo más reciente, en el que el artista ha estado inmerso durante los últimos años. Se trata de la pieza más monumental del conjunto presentado por Cayón, formada por una estructura de ángulos de diferentes grados que llegan a medir hasta cuatro metros.
En contrapartida, las esculturas de las otras series son de menor tamaño. Llamadas por el propio Venet “maquetas”, muestra una fase inicial de sus reproducciones a gran escala, permitiendo acercarnos a su proceso creativo.
Esta exposición ofrece la oportunidad de contemplar desde una perspectiva diferente la obra de Venet, normalmente instaladas de forma aislada en amplios espacios con una clara vocación monumental. En esta ocasión se disponen en una confrontación directa de unas piezas con otras, especialmente notable en las composiciones curvas, enmarcadas por los blancos muros de la galería, que hacen resaltar el cromatismo natural del acero corten.