La obra de Morilla se posiciona ante los problemas medioambientales. A través de sus intervenciones en medios naturales o urbanos revela su preocupación por la manera en que nos relacionamos con el paisaje y los condicionantes y procesos que transforman este entorno natural. Su discurso se encuadra en las prácticas creativas que abordan la ideología del paisaje, proponiendo reflexiones sobre el urbanismo, el desmesurado crecimiento inmobiliario, la generación de pre-ruinas arquitectónicas, las tensiones entre naturaleza controlada y construida o las contradicciones entre valores ecológicos y paisajísticos.

Santiago Morilla. Armas Silenciosas Para Guerras Tranquilas.

Para Morilla, plantar un árbol hoy es una acción radicalmente revolucionaria, nada naif o romántica; muy por el contrario constituye una inmersión contextual no sólo ecológica sino también legislativa y política. Prueba de ello es que se ha dedicado a plantar cientos de árboles en la sierra de Madrid y en Zamora que ha documentado videográficamente con la ayuda de “drones inseminadores” y prototipos de tutores-guía de plantación personalizados.

Para esta exposición ha realizado varias instalaciones o invernaderos portátiles autónomos que se riegan e iluminan con bicimáquinas. Se exponen, además, los vídeos, procesos y dibujos que documentan todas las intervenciones específicas.

Cada proyecto del madrileño viene precedido de un exhaustivo análisis de campo, porque le interesa develar las capas, no visibles en primera instancia, de espacios conflictivos y contradictorios que afloran en la ciudad contemporánea. Así, el componente documental en su obra adquiere un peso especial. Los títulos, las reflexiones y notas sobre cada serie, los dibujos y toda la documentación complementaria que aporta, confieren a sus proyectos el carácter de tesis visuales, con una fuerte carga de movilización del espectador.