La exposición reúne 83 acuarelas realizadas por esta familia francesa, el arquitecto André-Louis Lambert y su hijo el pintor André Lambert, que se estableció en Xàbia (Alicante) a principios del siglo XX. Desde sus orígenes en la Suiza francesa hasta su asentamiento en Xàbia, la familia Lambert, a la que el MuVIM dedicó una primera exposición en 2012, desarrolló su labor artística siempre en conexión con el paisaje y la técnica de la acuarela.
Así, más allá del trabajo de arquitecto de André-Louis Lambert Perret y del de ilustrador de libros de su hijo André Lambert Jordan, estos autores plasmaron los paisajes que los acompañaron a lo largo de sus vidas. A ellos se sumó posteriormente Milagros Lambert, ilustradora y editora de libro infantil, que durante sus años de juventud siguió los pasos de sus mayores.
Por ello, con este conjunto de obras que relataba la trayectoria vital y artística de cuatro generaciones de esta familia, conectadas por el tema de la ilustración gráfica, esta muestra pretende destacar, más que el autor, la fecha o el lugar concreto referido a cada acuarela, las conexiones existentes entre ellas por los temas tratados y la recurrencia de elementos, ya sea en los entornos vividos como Suiza y Xàbia, o en los destinos más efímeros, fruto de un viaje, donde la mirada es más imaginativa.
Viaje por el paisaje
Comisariada por Carolina Ruiz, la muestra se divide en cuatro secciones dependiendo del lugar de inspiración: Suiza, Italia, España y Marruecos y Xàbia. Lugares elegidos en sus viajes que sirvieron de inspiración hasta llegar a Xàbia que se han convertido en un punto de inflexión de las tres generaciones.
Entre 1898 y 1918 el arquitecto André-Louis Lambert Perret retrató el paisaje suizo de los cantones del Valais, Berna, Lucerna, Frigurgo, Ginebra y Tesino, plasmando su amor por la naturaleza y su preferencia por la intervención respetuosa del hombre sobre el entorno. Paisajes de montaña en tonos verdes y azules, árboles monumentales con potentes raíces, extensiones de agua, casas rústicas e iglesias que se integran perfectamente en la orografía, son los elementos predominantes en las acuarelas de este periodo.
Al modo de los artistas europeos del siglo XVII, ente 1877 y 1914, Lambert recorrió numerosas ciudades italianas como Florencia, Tívoli, Asís, Montepulciano o Malcesine, en su particular Grand Tour. En estas obras el autor se interesó por la arquitectura, retratando los edificios, en su mayoría religiosos, y casi siempre en conjunción con la naturaleza, prueba de esa integración respetuosa que él defendía. Destacan los cielos amplios y claros, así como las llanuras y jardines trabajados por la mano del hombre.
Búsqueda del exotismo
Frente a su padre, André Lambert Jordan siguió los pasos de los viajeros románticos del siglo XIX, visitando España y Marruecos entre 1912 y 1915. En su búsqueda del exotismo, estuvo en Toledo, Andalucía, Cataluña y Tánger, y residió una temporada en Valencia. En las acuarelas de este periodo se centra en los paisajes humanos.
El descubrimiento de Xàbia en 1915 llevó a André Lambert Jordan a la convicción de que esa localidad era el lugar perfecto para emprender una nueva vida, en consonancia con su tendencia humanista y conservadora. Entre 1922 y 1928, los padres de André pasaron largas temporadas en esta localidad, por lo que padre e hijo estudiaron juntos los paisajes de la zona.
Las vista de la bahía con el Montgó de fondo, la masa rocosa del cabo de San Antonio, la articulación de las casas rústicas siguiendo las formas del paisaje, la presencia de grandes árboles y las siluetas de las iglesias de San Bartolomé y del calvario son los temas recurrentes. En la década de 1959, Milagros, la hija de André, retomó estos mismos temas en un formato mayor, aportando nuevos colores y un trazo más rápido y menos depurado.