De formación autodidacta, Catany llegó en 1960 a Barcelona para estudiar Ciencias Químicas y empezó su carrera como fotógrafo haciendo reportajes de viajes. En 1979 se dio a conocer internacionalmente con un trabajo fotográfico sobre naturalezas muertas, para el que utilizó la antigua técnica del calotipo, desarrollada por William Fox Talbot en 1839. En sus últimos años utilizó una cámara digital que le permitió reproducir una gama de colores más puros.
Cuando ir era volver presenta 140 fotografías, algunas de ellas inéditas para el gran público, al objeto de analizar la trayectoria de Catany desde sus primeras imágenes del año 1967 hasta una de sus últimas series, Altares profanos, de 2009, y algunos bodegones de 2012.
La muestra, pese a tener un evidente carácter retrospectivo, se propone revelar a un Catany diferente, bastante alejado de la visión que la historiografía fotográfica le ha venido otorgando. Para los comisarios de la exposición, Toni Garau y Alain D’Hooghe, su vida y obra se podrían definir como una incesante sucesión de idas y venidas, entre Llucmajor y Barcelona, entre el Mediterráneo y el resto del mundo, entre el interior y el exterior, entre los proyectos y los recuerdos, entre los procesos fotográficos del pasado y las tecnologías actuales.
La directora de la Oficina de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid, Anunciada Fernández de Córdova, ha destacado durante la presentación de la muestra que el mallorquín es «una figura de referencia obligada en el mundo de la fotografía gracias a una obra de vocación pictórica en la que predominan los temas clásicos, tratados y fotografiados con una sensibilidad y estética muy personales».
Catany recibió el título de Chevalier de l’Ordre des Arts et des Lettres, otorgado por el Ministerio de Cultura francés en 1991, y el Premio Nacional de Fotografía en 2001.
Catany se suma a las grandes figuras de la fotografía que han sido homenajeadas a través de muestras en la Sala Canal de Isabel II, como Isabel Muñoz (2010), Dionisio González (2013), Pablo Genovés (2014), Leopoldo Pomes y Joan Fontcuberta (2015) y Paco Gómez (2016). Esta exposición ha sido realizada en colaboración con la Fundación Catalunya–La Pedrera y la Fundación Toni Catany.