Caracterizada por una gran habilidad plástica, una espectacular técnica y un uso del color muy personal, la obra de Sáez Castán tiene referencias del arte moderno y el cine. Por ejemplo, a René Magritte en el libro La merienda del señor verde o a escenas míticas de la película King Kong en su retrato del bebé en Limoncito. Pero, sobre todo, «el punto de partida de mis libros es la realidad. Lo que llamamos imaginación no es más que un conjunto de modificaciones», explica el artista.
El ilustrador combina el dibujo con su faceta como escritor y en lo narrativo es un virtuoso de la construcción de complejos mundos propios. Las ilustraciones que acompañan sus textos son sus herramientas, las encargadas de definir su universo creativo plagado de ironía y humor, porque como él mismo asegura «el humor es el acto de jugar y mi trabajo nace como una forma de juego».
Para Pablo Auladell, Premio Nacional de Cómic 2016, «es tal la singularidad de Castán que ha acabado pareciéndose a los profesores decimonónicos de sus obras, elaborando en su gabinete toda suerte de artefactos ilustrados en forma de libro: armarios chinos, cuentos de Navidad sin estrellas pero con estrellados, pantomimas capaces de erizar la piel a los bibliotecarios del tedio, catálogos de sueños que consuelan a los insomnes crónicos. En definitiva, obras para el deleite de los niños». Aunque el artista, al que todo el mundo encasilla en la ‘categoría infantil’, asegura que la mayoría de sus libros están dedicados a públicos de todas las edades.
Desde la niñez
Sáez Castán, que comenzó a dibujar desde que era pequeño, asegura que la exposición presenta su trabajo desde «que tengo recuerdos», ya que «se le ha dado más protagonismo a dos de mis libros, Animalario Vertical y Animalario Universal, que conectan muchos años de trabajo. Todo se remonta a los juegos y cuadernos que hacía de niño». A través de más de 50 originales y algunos bocetos, la muestra «me ha servido para tener una idea de conjunto de lo que llevo hecho».
En su mayoría, las obras están realizadas al óleo sobre tabla y aluminio, pero también hay dibujos a tinta sobre passepartout o a lápiz sobre papel, como en el caso de su último trabajo, El Animalario Horizontal, que se publicará en breve y cuyas ilustraciones se pueden ver en primicia.
Entre los originales expuestos los visitantes van a encontrar dibujos de los libros Pom…Pom…¡Pompibol! (Editorial Anaya, 2002), Animalario Universal del Profesor Revillod (Fondo de cultura económica, 2004), La merienda del señor verde (Ediciones Ékare, 2007), Soñario o diccionario de sueños del Doctor Maravillas (Editorial Océano, 2008), Limoncito, un cuento de navidad (Editorial Océano, 2010), Nada pura 100% (Editorial Anaya, 2011), Extraños (Sexto Piso, 2014) y La venganza de Edison (Nostra Ediciones, 2010).
Javier Sáez Castán (Huesca, 1964) pasó gran parte de su niñez dibujando y escribiendo libros. Estudió Bellas Artes, con especialidad en dibujo, en la Universidad Politécnica de Valencia y tras finalizar sus estudios se estableció en Alicante. Allí trabajó como ilustrador para la Universidad y el Ayuntamiento, así como para diversas empresas de publicidad. Ha obtenido numerosos premios por sus obras, el último, el Premio Nacional de Ilustración 2016, un galardón que concede anualmente el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Entre otros premios destacan el de Mejor Libro Ilustrado en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil de México (2004) y Mejor Libro del Año del Banco del Libro de Venezuela (2005) por su obra Animalario universal del profesor Revillod o el Premio al Arte Editorial de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana en la categoría juvenil por Objetos ¿conocidos? (2007).Desde niño