Nadie sabe lo que verdaderamente se encuentra en el fondo de la desesperación, a excepción de la persona que la padece. En palabras de la autora, «mientras escribía este texto sus voces aparecían durante la noche y gritaban por no poder salir. Eran las voces de unas mujeres que hablaban desde lo más profundo de su sufrimiento, que pedían ser escuchadas, alentadas, comprendidas, arropadas».
Ante el espectador, dos mujeres se encuentran encerradas en un apartamento. Dos mujeres interpretadas por Lidia Navarro y Muriel Sánchez, que entablan un duelo a vida o muerte. El teléfono no para de sonar y fuera se escuchan los pasos de un hombre, personificación del peligro y la amenaza. Ambas deberán aferrarse a la vida o, al menos, a la dignidad y a la libertad que surgen como única alternativa.
«La protagonista es una mujer perdida que va a buscar en su otro yo la fuerza suficiente para quitarse la vida y alcanzar el ansiado descanso. Ella se encuentra en una cárcel metafórica, cotidiana y atemporal», explica la directora. «A pesar de la dureza del argumento y del final aparentemente poco esperanzador por el suicidio al que se dirige la mujer, desde el montaje hemos querido subrayar la valentía que irradia, la victoria con la que asume su decisión y la luz y la paz que encuentra».
- De martes a sábados a las 18.30 h. / Domingos a las 17:30 h.
- Encuentro con el público: 25 de abril.