Del entusiasmo al síndrome de mayoría absoluta, así podría subtitularse la nueva presentación parcial de la colección del Centro. El entusiasmo, tal y como lo definió José Luis Brea en una conocida exposición del mismo título en cuyo texto de presentación señalaba dos momentos fuertes en el arte español de la época (1972-1992): el posconceptual de mediados de los 70 y el periodo “antiformalista” de finales de los 80.
La nueva figuración, calificada como de retorno al orden, fue el período que definió como de entusiasta. Sin embargo cabe una segunda lectura en clave política y que es la que de algún modo se sigue en esta muestra: el entusiasmo visto como los años de recuperación democrática desde la muerte del dictador hasta avanzada la segunda legislatura del PSOE, donde se instauraría el “síndrome de mayoría absoluta”, denominado así por Mar Villaespesa desde las páginas de la revista Arena Internacional del Arte.
Desde la contracultura
La exposición se organiza a partir de toda una serie de revistas especializadas, sucediéndose unas a otras, o bien superponiéndose y teniendo, además, una fuerte presencia andaluza, bien porque fueran editadas aquí, o porque fueran dirigidas o con una participación decisiva de artistas o críticos en su concepción.
1975-1992 se inicia en los márgenes y la contracultura, más allá de lo que entonces se consideraba arte contemporáneo, y que tenía fuertes dosis de contestación estética, sexual y social, mediante las publicaciones Nueva Lente y El Víbora, con la irreverencia en el campo fotográfico de Jorge Rueda y la presencia de las historietas de Nazario. El recorrido continúa con la película sobre la Alameda de Hércules de Juan Sebastián Bollaín, que su director donó al CAAC y que ha sido restaurada recientemente por la Filmoteca de Andalucía.
Dentro de este ambiente de cambio de la sociedad española se recoge también una singular obra del arquitecto De Prada Poole, el Hielotrón de Sevilla, una nueva forma de construcción y que le valió ser Premio Nacional de Arquitectura en 1975. De Prada Poole ponía así en práctica sus experiencias iniciales de los Encuentros de Pamplona que luego desarrollaría en Ibiza.
Abstracción versus Figuración
La muestra continúa con la revista Separata, nacida en 1979 y dirigida por Jacobo Cortines, en la que participaban una serie de pintores abstractos como Gerardo Delgado, José Ramón Sierra y Juan Suárez, entre otros, a los que se uniría más adelante Ignacio Tovar. La publicación reunió a numerosos intelectuales, escritores, arquitectos y artistas en torno a la reflexión sobre la creación y el pensamiento. A lo largo de los seis números aparecidos antes de su disolución en 1981, Separata puso de relieve lo más destacado de la escena cultural española, abriendo paso a la década posmoderna de los 80.
Con el cambio de década se produce también un cambio importante en el paradigma artístico y resurge con enorme fuerza la figuración de la mano de artistas como Guillermo Pérez Villalta, Alfonso Albacete y Chema Cobo. Siguiendo el recorrido llegamos a la primera mitad de los años 80 del siglo pasado, cuando se pone en marcha la revista Figura dirigida por Guillermo Paneque y en colaboración con Rafael Agredano y Pepe Espaliú, y que incluye obras de Guillermo Pérez Villalta y Chema Cobo (portadas de dos de sus números), pero también de la generación de artistas asociados al primer momento de la galería La Máquina Española y a la propia revista, como los citados Rafael Agredano, Guillermo Paneque y Patricio Cabrera.
Hacia finales de los 80 vuelve a producirse una nueva transformación simbolizada en la revista Arena Internacional del Arte, dirigida por Mar Villaespesa, Kevin Power y José Luis Brea, y en la que aparece una generación de artistas que evolucionan a partir de cierta herencia postconceptual, como es el caso de Rogelio López Cuenca, Federico Guzmán y Pedro Mora.