Eugenio Lucas Velázquez. Corso Francesco, Milán, 1868.

Eugenio Lucas Velázquez. Corso Francesco, Milán, 1868.

Esta exposición se detiene en un aspecto fundamental de la personalidad artística de Eugenio Lucas, sus dibujos y en concreto en los que hizo en sus visitas a Francia, Italia, Suiza y el norte de España entre 1868 y 1869. Unas obras realizadas con una técnica precisa y un estilo realista que se alejan del Lucas más conocido, el de sus paisajes fantásticos y escenas costumbristas o goyescas, influenciadas por Goya.

Estos dibujos descubren a un Lucas Velázquez experto y sereno que, seducido por los paisajes, arquitecturas y personajes que va descubriendo, los refleja ajustándose al natural con una técnica extraordinaria y un realismo refinado que le sitúan entre los más destacados dibujantes españoles de su tiempo. En ellos, el autor demuestra su dominio del dibujo del natural y de la técnica de la acuarela, un conjunto de dibujos que constituyen una crónica de sus viajes.

Eugenio Lucas viajó más de lo que era común entre los artistas españoles de su época, lo que le permitió ampliar y enriquecer su visión del mundo, que reflejó con singular maestría en sus obras. Como recogía Méndez Casal en 1923 “…un nuevo Lucas cosmopolita y elegante, radicalmente opuesto al popularizado, que al salir fuera de España se olvida de Goya, y ante la Naturaleza pinta como sabe, y sabiendo mucho nos lega obras espontáneas y bellas”.

Talento

Eugenio Lucas Velázquez. Canal del Paraíso, Venecia, 1868.

Eugenio Lucas Velázquez. Canal del Paraíso, Venecia, 1868.

Entre las obras expuestas hay acuarelas con toques de clarión, dibujos a lápiz y gouache, así como estudios solo a lápiz que componen un reportaje visual de los viajes que realizó en los dos últimos años de su vida. En el verano de 1868, junto al mecenas Victoriano Pedrorena, Lucas salió de Madrid con destino a Venecia, recalando en localidades de la costa francesa (Villefranche o Niza), Mónaco, Suiza (Lucerna) e Italia (Milán, Ventimiglia, Florencia o Venecia).

Un año después visitó el norte de España y el sur de Francia, periplo del que se muestran dibujos de Fuenterrabía, Biarritz o Comminges. También se incluye en la exposición una panorámica de Fontainebleau realizada durante una de sus visitas a París.

Lucas Velázquez es hoy valorado como uno de los grandes talentos del dibujo español del siglo XIX. Esta puesta en valor ha sido posible gracias al estudio de su trayectoria vital y artística y a la difusión de sus obras, tareas en las que José Lázaro Galdiano desempeñó un papel fundamental. Éste coleccionó con tesón sus obras, también las de su hijo Lucas Villamil, y las difundió en las exposiciones monográficas que les dedicó en París (1936) y Nueva York (1942).

Eugenio Lucas Velázquez. Vista de Mónaco, 1868.

Eugenio Lucas Velázquez. Vista de Mónaco, 1868.