Decía José Manuel Broto cuando recibió el Nacional de Arte Gráfico que en su pintura actual «el color sigue siendo el protagonista. Quiero hacer un arte alegre y deliberadamente optimista. Está el mundo tan turbulento que no quiero colaborar al pesimismo reinante. Me inclino por una pintura vitalista, luminosa, feliz. Pero también una pintura equilibrada, armoniosa, sin imágenes turbulentas. Yo no soy un pensador ni un ideólogo. En mi pintura, abstracta, no hay un programa. Mis cuadros no son narraciones, pero sí intento que atraigan, que atrapen, que generen inquietud, interés y emoción».
Las palabras del propio artista sobre la exposición que se inaugura en la galería Fernández-Braso de Madrid constituyen una buena guía para adentrarnos en sus obras, agrupadas bajo el título de Otros universos.
En el catálogo, los comisarios y críticos de arte Carlos Jover y Asun Clar analizan el contexto, sentido y características de la obra de Broto. Jover destaca que «lo verdaderamente difícil, lo que no está al alcance de casi nadie, es el producir una obra de arte contemporánea, con todo lo que ello supone de carga contextual, que además represente un nuevo hito en su campo, sin utilizar esos mecanismos mendaces del feísmo, del malditismo, en definitiva, producir una obra de arte que se enfrente sin subterfugios al reto de su tiempo desde el corazón del problema, que tiene que ver con la búsqueda de nuevas formas de expresión, de nuevas imágenes (en el caso de las artes plásticas) que destilen las nuevas realidades y los nuevos sentimientos del ser humano, que proyecten el nuevo rumbo que el desarrollo del hombre –de acuerdo con las nuevas capacidades y las nuevas tecnologías- puede plantearse».
Nuevas realidades
Asun Clar, por su parte, se adentra en la pintura de Broto y resalta que esta obra «incide en la necesidad de acceder a las nuevas realidades que se nos acercan a toda velocidad. El efecto de pulsión magnética que transmiten estas obras, sustentado en los mismos fondos vibratorios con que los lienzos están ejecutados, que desestiman la coloración plana para abrir un escenario ondulatorio que confiere una extraña profundidad a las piezas, nos coloca en un escenario de rotunda contemporaneidad científica, además de lo que a plástica obviamente se refiere».
Así pues, el uso del color y las formas generadas, así como la técnica empleada, van encaminados a crear una obra plenamente contemporánea, representativa de su tiempo y que sea capaz de contrarrestar «la vía del tremendismo», en palabras de Jover, a través de una pintura que agrade y que transmita valores positivos.
Otros universos es la segunda exposición de Broto en Fernández-Braso. La primera tuvo lugar en 2013. Desde entonces ha expuesto en Montevideo, Zaragoza, Mallorca, Ibiza, Gijón y Huesca. A lo largo de su carrera, el pintor zaragozano ha sido galardonado con el Premio Nacional de Artes Plásticas (1995), el Premio Arco de la Asociación de Críticos (1997) y el Premio Aragón Goya de Grabado (2003), entre otros. Asimismo, algunas de sus obras se pueden encontrar, además de en museos españoles, en otros como el The Metropolitan Museum of Art, de Nueva York; el Ateneum Museum, de Helsinki; la Colección Preussag, de Hanover; o el The Kampo Collection, de Tokio.