La exposición, organizada por Acción Cultural Española (AC/E) y el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, conmemora los 500 años de la primera vuelta al mundo y la materialización de un sueño convertido en aventura. Para ello se ha diseñado un espacio formado por 2.000 metros de cabos de amarre que simbolizan el puerto de partida hacia lo desconocido. Y sobre él, cuatro módulos audiovisuales que proyectan imágenes inspiradas en los cinco siglos transcurridos desde el inicio de la exploración. Además, el espectador puede contextualizar la experiencia con las reproducciones y notas históricas que lo acompañan.
Pero El Sueño se centra, no ya en el viaje de la primera vuelta al mundo, sino en el espíritu emprendedor colectivo que entre 1518 y 1519 hizo posible la organización de una expedición que, desafiando la técnica y la mentalidad de la época, supuso un cambio de era.
Este proyecto tiene un carácter itinerante. A continuación, la instalación se trasladará a otras ciudades y pueblos que con sus gentes, productos o tecnología contribuyeron, en mayor o menor medida, en la organización y puesta en marcha de este viaje clave en la historia de la exploración. Para completar la exposición se ha incluido la hazaña que supuso el viaje a la Luna del Apolo 8 y 9 hace medio siglo, conectando así el tema común de ambas aventuras: el conocimiento y la expansión de las fronteras de la humanidad.
La muestra, comisariada por Antonio Fernández Torres y organizada por la Comisión Nacional del quinto centenario, sirve de prólogo a la gran exposición El viaje más largo: La primera vuelta al mundo, que abrirá sus puertas el próximo año en el Archivo General de Indias de Sevilla. Un proyecto que abordará esta aventura como un símbolo de la actitud del hombre de todas las épocas ante el viaje, lo desconocido y los desafíos de la exploración.
La gesta
El 10 de agosto de 1519 doscientos cincuenta hombres partían del puerto de Sevilla a bordo de cinco naos llamadas Santiago, San Antonio, Trinidad, Concepción y Victoria. Esta expedición, conocida como “la Armada de la Especiería”, se hizo a la mar capitaneada por Fernando de Magallanes con el objetivo de encontrar el desconocido paso entre el Atlántico y el Pacífico y alcanzar las islas de las especias navegando hacia el Oeste.
La expedición recorrió la costa atlántica suramericana hasta el extremo sur inexplorado, descubrió el mítico paso entre los dos océanos, atravesó por primera vez en la historia el Océano Pacífico y alcanzó las islas Molucas, su objetivo. Para entonces había muerto su capitán, habían desaparecido tres de las cinco naves y se había perdido a más de dos tercios de la tripulación. Solo una nave, la nao Victoria, emprendería el camino de retorno por el Océano Índico. La otra nave, la Trinidad, intentaría el regreso por el camino del Pacífico sin éxito. La Victoria navegó durante meses sin escalas por la ruta de los “cuarenta rugientes”, remontó el cabo de Buena Esperanza y ascendió por el Atlántico, tras una breve y dramática escala en Cabo Verde, hasta el puerto que la vio partir: Sevilla. Llevaba a bordo solo 18 hombres. La nao Victoria había completado la primera vuelta al mundo de la historia.