¿Qué está pasando en estos momentos en México cuando hablamos de ilustración infantil? Esta es la pregunta a la que pretende dar respuesta la nueva muestra. A partir de una búsqueda a través de los trabajos más representativos de las últimas décadas, el también ilustrador Mauricio Gómez Morin (Ciudad de México, 1956) ha seleccionado los trabajos de casi cincuenta artistas nacidos entre los años 40 y 80, y que sirven para ver cómo esta disciplina ha evolucionado en el último medio siglo y en qué medida ha crecido la pluralidad, la calidad y la originalidad de sus propuestas.
«Para llevar a cabo esta selección –explica Gómez Morin– tomé en cuenta criterios como la trayectoria profesional y el reconocimiento del trabajo editorial. Pero fundamentalmente fue una valoración personal basada en mis propios criterios de calidad técnica, estética, formal, conceptual: de imaginación y originalidad; de capacidad alegórica, simbólica y narrativa; de humor y divertimiento; de conversación y contrapunto con el texto y la narración literaria; y de identidad, empatía e interlocución con los lectores niños y adultos que expresan las obras de los colegas congregados».
La exposición incluye el trabajo de 49 ilustradores desplegada en 142 obras, muchos de ellos pertenecientes a ediciones. Un recuento de la diversidad, la profusión, la calidad y la singularidad de las propuestas y tendencias contemporáneas de la ilustración para niños en México, moviéndose sin prejuicio entre las técnicas tradicionales y los nuevos recursos digitales. En ella pueden apreciarse la enorme vitalidad y creatividad de los ilustradores, así como de qué forma muchos añaden a su obra el rico legado gráfico y artístico nacional, que va desde los tlacuilos (artistas indígenas que se dedicaban a la elaboración de pintura mural y de códices), el arte popular, el grabado, la pintura, a los grandes ilustradores del siglo XX.
Entre las diferentes propuestas conviven formatos tan variados como el cartel, el diseño, el grafiti, los juguetes, el arte callejero, el cine, la animación o la novela gráfica.
Los artistas presentes en la muestra son Abraham Alcázar, Abril Castillo Cabrera, Adriana Quezada, Alain Espinoza, Alejandro Magallanes, Artemio Rodríguez, Carlos Pelleiro, Calors Pellicer Cámara, Carlos Vélez Aguilera, Cecilia Rébora, Cuauhtémoc Wetzka, David Daniel Álvarez Hernández, David Lara, Enrique Torralba, Ericka Martínez, Estelí Meza, Fabricio Vanden Broeck, Felipe Ugalde Alcántara, Flavia Zorrilla Drago, Gabriel Pacheco, Gerardo Suzán Prone, Guillermo de Gante, Irma Bastida Herrera, Isidro Reyes Esquivel, Israel Barrón, Israel Emilio Ramírez Sánchez, Ixchel Estrada, Jazmín Velasco, Joel Rendón Vázquez, José Esteban Martínez, Juan Carlos Palomino Macías, Juan Gedovius, José Julián Cicero Olivares, Luis San Vicente, Manuel Monroy García, Margarita Sada, Mariana Villanueva Segovia, Mario Rosales Arredondo, Mauricio Gómez Morin, Natalia Gurovich Pinto, Rafael Barajas Durán (El Fisgón), Ricardo Peláez Goycochea, Richard Zela, Rosaura Muñoz Espinoza, Santiago Solís Montes de Oca, Teresa Martínez, Víctor Manuel García Bernal, Valeria Gallo y Yadira Martínez Pimentel (Le Yad).
Tradición y cultura
A partir del siglo XIX y como consecuencia de la irrupción de lo que se conoce como La República Restaurada, México ha sido conocido por ser un país rico en lo que a publicaciones infantiles se refiere. La creciente preocupación por el analfabetismo llevó al país a editar un importante número de libros ilustrados dirigidos al público infantil que aparecen en forma de cuentos, fábulas y relatos de viajes.
Sin embargo, durante estos años son contados los trabajos firmados, por lo que la figura del ilustrador sigue siendo una incógnita. A mediados del siglo XX, por el contrario, comienzan a aflorar un puñado de obras de autores que marcan el principio de una tradición que se extiende hasta nuestros días, con autores como Manuel Gutiérrez Nájera, Magda Donato, Vicente Mendoza, Santos Caballero o Teresa Castelló Yturbe.
Desde ese momento y gracias en gran parte a la creación de una filial de la International Board of Books for Youth People y al fomento del libro infantil y juvenil, México ha sido uno importante motor en la creación de libros y álbumes ilustrados para niños, con un amplio abanico de propuestas en los que queda plasmada la tradición y cultura autóctonas.