Una sobredosis acabó con su vida el pasado septiembre. Un mes antes había lanzado Swimming, su sexto y fabuloso disco, la obra destinada a destilar las malas sensaciones que le dejó su ruptura con Ariana Grande. Escuchadas ahora, las letras del rapero de Pittsburgh cobran un sentido mucho más dramático. En la canción (Come back to earth) que abre el CD confiesa que antes se ahogaba pero ahora puede nadar, superar las aguas más turbias y salir a flote (I was drowning but now I’m swimming / Through stressful waters to relief).
Hay no pocas referencias a la lucha contra sus demonios, las adicciones, la depresión o la separación de su amor, y sobre todas ellas el hombre frasea con elegancia y calma. Lo hace con una voz arrastrada y a veces triste que casa a la perfección con los ritmos y arreglos del álbum.
Miller sabía mejor que nadie que debía cuidarse y por eso en una de las mejores canciones, Self care, no deja de darse ánimos y lanzar mensajes de socorro. La ilustración de todo ello es aún más poderosa en el videoclip del tema. Miller canta y fuma encerrado en un ataúd bajo tierra hasta que consigue romper la tapa y alcanzar la superficie. La pena es que no lo consiguió en la vida real muy poco después de aquella grabación.