En el siglo XX la mujer consiguió abrirse paso en el mundo profesional. En el campo de la arquitectura el ascenso hacia su consideración laboral fue escalonado: se incorporó en primera instancia a través de disciplinas como el diseño de interiores, mobiliario y diversas decoraciones. Este ciclo de conferencias tendrá como protagonistas a cuatro pioneras: Eileen Gray (Enniscorthy, Irlanda, 1878 – París, 1976), Lilly Reich (Berlín, 1885 – 1947), Margarete Schütte-Lihotzky (Viena, 1897 – 2000) y Charlotte Perriand (París, 1903 – 1999).

En las trayectorias profesionales de estas cuatro arquitectas aparecen colaboraciones con las grandes figuras del momento, como Le Corbusier, Mies van der Rohe o Ernst May, cuyos nombres en ocasiones han podido eclipsar la obra y talento de ellas. Hasta el último siglo la educación y la laboriosidad femeninas estuvieron delimitadas por las paredes del hogar, por lo que los logros de estas cuatro pioneras de la arquitectura, que trazaron nuevos límites y levantaron cimientos, diseñaron interiores y exteriores de nuevos modelos de casas y edificios, fueron cruciales para la nueva proyección de la mujer.

Conferencias

Domesticidad y poder: Eileen Gray y E.1027

Martes, 6 de noviembre, 19.30 h. Beatriz Colomina, arquitecta y profesora en la Universidad de Princeton, EE.UU.

Esta conferencia es la historia de la obsesión de Le Corbusier con E.1027, una casa construida por Eileen Gray que convirtió la casa en un campo de batalla. En una tensa lucha de poder que solo terminaría con la muerte del arquitecto en frente de la misma.

Lilly Reich: el espíritu del material

Jueves, 8 de noviembre, 19.30 h. Carmen Espegel, arquitecta en el estudio Espegel‑Fisac y profesora en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid.

Lilly Reich se labró una de las más respetables carreras profesionales de la Alemania de entreguerras como arquitecta, interiorista y diseñadora de exposiciones, mobiliario, tejidos y vestuario. Su trayectoria comenzó en la primera década del siglo XX y terminó en la antesala de la Segunda Guerra Mundial cuando las circunstancias políticas anularon cualquier esperanza de continuidad para una profesional independiente en Alemania.

El periodo profesional de mayor fecundidad de Reich comenzó en 1927 cuando se asoció con el arquitecto Mies van der Rohe, sin dejar por ello la actividad de su propio taller. Las exposiciones, el mobiliario y el interiorismo fueron su lugar de investigación sobre el espacio y los materiales. Su primera exhibición en solitario De la Fibra al Tejido supuso su carta de presentación en la relación profesional con Mies que sirvió para que la ciudad de Stuttgart le encargase el montaje de la sala de exposiciones que formaría parte de la muestra La Vivienda que la Werkbund organizaría en la ciudad en 1927 y de cuyas cuatro zonas, la central sería la Colonia Residencial de Vivienda Moderna Weissenhof.

Tras el gran éxito que supuso la exposición de Stuttgart, ese mismo año Mies y Reich ejecutaron el magnífico conjunto del Café de terciopelo y seda, con una exuberante austeridad del espacio que fluye entre los materiales y sus brillos. Barcelona en 1929, con sus veinticinco zonas expositivas, o Berlín en 1931 con La Vivienda de nuestra época serán algunos de los hitos que jalonan su actividad profesional.

Reich creó algunos de los espacios interiores más bellos y de mayor calidad de la historia de la arquitectura del siglo XX, donde las formas se sometieron ante todo a los materiales, la técnica y el uso.

Margarete Schütte-Lihotzky

Martes, 13 de noviembre, 19.30 h. Fuensanta Nieto, arquitecta en el estudio Nieto Sobejano y profesora en la Universidad Europea de Madrid.

La prolífica carrera como arquitecta de la vienesa Margarete Schütte-Lihotzky (1897-2000) estuvo marcada por un acusado compromiso político y social. En 1915 ingresa en la Escuela de Artes Aplicadas, donde descubre la importancia social de la arquitectura. Fue parte del equipo del arquitecto Ernst May –Oficina para la Construcción–, con quien llevó a cabo algunos de sus trabajos más reconocidos, como el Nuevo Frankfurt, proyecto de desarrollo urbanístico para el que Lihotzky diseñó su afamada Cocina Frankfurt. También trabajó en proyectos para la Unión Soviética, Turquía, Bulgaria y Cuba. Lihotzky destacó a lo largo de su carrera por sus innovadores planteamientos arquitectónicos en pro de la racionalización de la vivienda doméstica y de la mujer trabajadora.

Charlotte Perriand: arquitecta del Movimiento Moderno

Jueves, 15 de noviembre, 19.30 h. Ángela García de Paredes, arquitecta en el estudio Paredes Pedrosa y profesora en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid.

Charlotte Perriand fue arquitecta en un siglo en el que la arquitectura tuvo una transformación trascendental, no solo formal sino también social, en el que las mujeres no tenían apenas presencia. Tan solo contadas arquitectas, tras la figura de un arquitecto, ejercían una profesión absolutamente masculina. El siglo XX transcurrió paralelo a su vida mientras ella participaba en un discreto segundo plano trabajando en diseño muebles e interiores tras comenzar con 24 años a trabajar con Le Corbusier. No fue fácil, es conocida la anécdota de la respuesta que obtuvo cuando llamó a la puerta de su estudio: “desgraciadamente en este taller no bordamos cojines”, le respondió el maestro suizo.

Quizá Le Corbusier sabía que Perriand, nacida en París, era hija de un sastre y de una modista de alta costura, pero no sabría que esa capacidad de adaptar las telas al cuerpo humano sería la misma que Perriand demostraría durante más de diez años en el estudio que formaba con Pierre Jeanneret en Rue de Sèvres, como responsable de mobiliario e interiores, adaptando interiores y muebles a las personas de una manera integral. En su atención por los materiales se adelantó a su tiempo, pasando del frío tubo de metal a los tejidos, madera y mimbres.

Siempre manteniendo su independencia y su propio estudio, colaboró con diversos diseñadores, pintores, escultores y arquitectos como Robert Mallet-Stevens, Pierre Chareau, Oscar Niemeyer o Jean Prouvé y desde un silencioso segundo plano, dejó también diversos escritos como Une vie de création.

En 1999, una exposición monográfica en el Centro Pompidou de París puso en valor el conjunto de su obra. Maquetas, dibujos, fotos y muebles que habían habitado los edificios de conocidos arquitectos sin significar su presencia, dieron a conocer a esta pionera de la arquitectura de movimiento moderno.