De este modo, el Centro Botín trata de cumplir con el deseo del artista, que deseaba que sus obras de gran formato se mostrasen en lugares públicos y transitados, para que así fuesen accesibles al mayor número posible de personas. Ambas piezas formaron parte de la exposición Joan Miró: Esculturas 1928- 1982, una antológica que ha presentado este año el Centro Botín y en la que exhibía los principales trabajos escultóricos del artista y su original proceso creativo.
Movidos por la gran aceptación que tuvo esta muestra, los herederos del artista decidieron ceder temporalmente dos esculturas al Centro Botín y otras dos al Ayuntamiento de Santander, unas obras estas últimas que se instalarán en los Jardines de Pereda durante 2019.
Trayectoria escultórica
Así, estas cuatro esculturas constituyen una completa selección de la trayectoria escultórica de Miró, dado que representan su trabajo en tres talleres de fundición diferentes (Fundició Parellada de Barcelona, Susse Fondeur en París y Fonderia Artística Bonvicini en Verona). Además, el abanico cronológico que se da en el conjunto permite apreciar con claridad la evolución de sus esculturas, unas obras concebidas a partir de diversos elementos que formaban parte de la vida cotidiana del artista, a los que otorgaba una nueva vida.
Femme Monument (1970) es una de las primeras esculturas que el artista trabaja en la Fonderia Artística Bonvicini, en Verona. Allí creó piezas de gran formato, pulidas y de superficies lisas. El origen de esta escultura es una pastilla de jabón de las que utilizaba Miró para limpiar pinceles. Al tener los bordes más duros se iba erosionado la parte interior hasta hacer un orificio como el que se representa en la escultura.
Souvenir de la Tour Eiffel (1977), realizada en la Fundició Parellada en Barcelona, es una obra de tres metros de altura concebida con objetos inicialmente sin validez artística: una lámpara de mimbre que se apoya sobre cuatro patas y cuya pantalla ha sido sustituida por la figura de un cabezudo, concretamente la de Groucho Marx. Al colocar esta gran cabeza horizontalmente se produce un juego visual que da paso a los rasgos faciales. Queda en el frente una gran abertura a modo de boca y otras exageradas facciones, modeladas por el propio Miró.
Por su parte, Tête (Tête sur socle), 1978, y Femme (Femme debout), 1969, son las obras monumentales recibidas por el Ayuntamiento de Santander y que se ubicarán durante 2019 en los Jardines de Pereda.