«Sólo hay que pintar lo que se ama». Con esta frase, auténtica declaración de principios esencial y artística, el artista mallorquín nos dirigía a la belleza. Una belleza que transmitía en sus obras, desde las más tempranas hasta las más recientes, como sus famosas «rocas».
Esta exposición se centra en sus últimos años y en su particular visión de la costa de la isla que tanto amaba, las obras que mejor expresan sus principios artísticos y humanos. Una muestra de temática única pero abierta también a alguna rareza, como su serie de máscaras inspiradas en el Carnaval de Basilea de 1985.