A día de hoy, el legado de Sánchez es conocido por guardar una coherencia fruto de su afán por representar la esencia de los volúmenes, deshaciéndose de lo accesorio. Sus esculturas son una suerte de arquitectura que modela dando dimensión espacial a sus ideas, con un lenguaje rotundo pero a la vez delicado.
Una de las características que definen su proceso de trabajo es que siempre iniciaba sus creaciones a partir de maquetas a pequeña escala. En la muestra que ahora se presenta se puede contemplar una selección de ellas realizadas en diversos materiales, entre los que destaca la madera, el yeso, la piedra y los metales (bronce y aluminio).
Además también se presentan una serie de cajas, a modo de maquetas arquitectónicas, en las que el espacio es definido con gran pulcritud por los distintos elementos que las componen y en las que se aprecia un minucioso control de la perspectiva por parte del artista.
Una oportunidad única para acercarse al trabajo más íntimo de uno de los principales escultores españoles de la segunda mitad del siglo XX.