Dividida en varias secciones, la muestra –comisariada por Christoph Grunenberg, director de la Kunsthalle Bremen, y Petra Joos, curator del Guggenheim Museum Bilbao– incluye piezas de autores alemanes y franceses integradas en un discurso artístico que parte del Romanticismo y se extiende hasta el Impresionismo, el Impresionismo tardío, la colonia de artistas de Worpswede y el Expresionismo.
Se confrontan, así, las pinturas de los artistas románticos Caspar David Friedrich y Eugène Delacroix. Además, las obras de impresionistas franceses como Claude Monet, Edgar Degas y Pierre-Auguste Renoir se muestran junto a las del denominado “triunvirato” del Impresionismo alemán: Max Liebermann, Lovis Corinth y Max Slevogt. Se exhibe también la obra de Van Gogh Campo con Amapolas, que evoca el mayor enfrentamiento que sacudió a Bremen en 1911.
También están presentes los pintores de la colonia Worpswede y la artista de Bremen Paula Modersohn-Becker, responsables de impulsar la modernidad en el arte alemán. Y el broche final de la selección se reserva a los artistas pertenecientes a Der Blaue Reiter y Die Brücke, así como al rebelde Max Beckmann, coetáneos de André Masson y Pablo Picasso, el español que desempeñó un papel fundamental en el arte francés.
La celebración de la gran exposición Icons: Worship and Adoration en la Kunsthalle Bremen, que toma todo el espacio expositivo de la institución, ha facilitado que, simultáneamente, las obras maestras integradas en sus colecciones puedan presentarse en Bilbao.
Desde 1823
La Kunstverein de Bremen fue fundada en 1823 por un grupo de ciudadanos comprometidos y amantes del arte con el objetivo expreso de mejorar el “sentido de la belleza” de la sociedad. Nacida de los humildes inicios de un grupo de aficionados y expertos en arte con ideas afines que se reunían para hablar sobre sus colecciones de grabados y dibujos, la membresía de la Kunstverein aumentó rápidamente cuando comenzó a organizar exposiciones públicas y a crear su colección, inaugurando su propio museo, la Kunsthalle Bremen, en 1849.
Cincuenta años más tarde, en 1899, la sociedad nombró a su primer director científico, el historiador del Arte Gustav Pauli. Su enfoque erudito refinó y realzó el perfil de la colección, que se había ido formando gracias a las donaciones privadas de sus miembros bajo la dirección de responsables no expertos. Pauli basó su política de adquisiciones en el diálogo dinámico entre el arte francés y el alemán, construyendo una historia de líderes y acólitos, de competencia y solidaridad, de admiración y rebelión y, en última instancia, de su propia identidad.
Esta es también la historia del progreso de una ciudad con conexiones globales que se ha ido forjando a lo largo de siglos de actividad empresarial y comercial, construcción naval y navegación marítima que evoca la peripecia del mismo Bilbao.
Obras maestras de la Kunsthalle Bremen relata la excepcional historia de este museo, caracterizado por su compromiso cívico, la intensa relación entre el coleccionismo privado y la tutela institucional, y una temprana labor de investigación profesional y de promoción del arte moderno. Este desarrollo histórico, específico de la ciudad de Bremen, refleja y, en ocasiones, cristaliza los debates que se produjeron en torno al arte moderno y su relevancia.