Entre los artistas presentes este año están Dis Berlín, representado por Galeria Siboney; Eduardo Stupia, que viene con Otto de Buenos Aires; o Alfonso Albacete, representado por la Galería Ogami Press de Madrid. También visitan Madrid el austríaco Klaus Mossetig, de la lisboeta Galería Uma Lulik, o Felipe Bedoya, que viene de la mano de la Galería José Amar de Medellín.
Drawing Room es la única feria realizada en España con carácter internacional dedicada en exclusiva al mundo del dibujo contemporáneo y cumple su primer lustro reafirmándose en un concepto de feria selecta que funciona como un observatorio del panorama internacional del dibujo contemporáneo, un género híbrido y en continua transformación cada vez más valorado por público, crítica y coleccionistas.
«Cada año –destaca Álvarez Careaga– preparamos la feria con criterio curatorial. Cuidamos mucho los montajes y que los artistas estén bien representados, facilitando la comprensión de sus obras». El objetivo es claro: «Queremos dar a conocer a nuevos artistas. De los 40 que presentamos este año aproximadamente la mitad nunca ha expuesto en España. Es decir, esta quinta edición es muy de descubrimiento».
La idea del certamen surgió en 2016, cuando un grupo de galeristas que estaban buscando su sitio ofrecieron a Álvarez Careaga organizar una feria especializada en dibujo contemporáneo aprovechando la afluencia de público en la ‘semana del arte’ de Madrid. Historiadora del Arte por la Universidad de Oviedo y museóloga por la Ecole du Louvre (París), antes había sido responsable de proyectos comisariados en las ferias ARCOmadrid, Swab Barcelona, Set Up Bologna, Art Beijing y Mia Photo Milano.
«Siempre hay que decir que sí. Un amigo lo expresa así: hablo cinco idiomas y en ninguno sé decir que no», cuenta divertida la directora de la feria. «La primera edición fue muy pequeña y nos trató muy bien la crítica y la prensa. Eso significó que vino mucho público y que las ventas estuvieron bastante bien. En las siguientes ediciones, segunda y tercera, fue creciendo en número de galerías y artistas, y tras su paso por el Círculo de Bellas Artes, en la cuarta nos trasladamos al Palacio Santa Bárbara, donde repetimos este año».
En cuanto a la edición pasada, la directora la recuerda «optimista, de mejora del mercado, de nuevas ventas… Nuestra ilusión para este año es que se confirme ese optimismo y que esta etapa continúe, sea larga, y que nos olvidemos completamente de años pasados en los que se ha pasado mal».
Mientras, el dibujo contemporáneo gana peso cada día en el mundo del arte y una nueva generación de jóvenes coleccionistas, dispuestos y curiosos, reafirma su interés por el papel y por una feria cada año más pujante.