La muestra comienza con el primer encuentro de Roberts y Villaamil en Sevilla durante el verano de 1833, que cambió el modo de este último de acercarse a la pintura de paisaje, y se cierra con la reacción de cada uno de ellos ante la realidad cambiante de sus respectivos países casi veinte años más tarde.
Organizada por la Academia, el Centro de Estudios Europa Hispánica y el Instituto Ceán Bermúdez, y comisariada por Claudia Hopkins, catedrática de Durham University (Gran Bretaña), en esta muestra asoman semejanzas entre los dos artistas en cuanto a temas, estilos y técnicas, pero también se revelan diferencias cruciales en sus imaginativas respuestas a la vida cotidiana, la religión, el paisaje, la historia y la arquitectura de España.
Roberts, escocés presbiteriano, presentaba España como un país exótico y atemporal, muy diferente al suyo. Villaamil compartía su fascinación por la Alhambra, la mezquita de Córdoba o la Giralda, pero también volvió su atención al centro y el norte de la Península, proyectando una imagen patriótica del país como una nación cristiana y, en última instancia, moderna.
Complementa a la exposición un catálogo al cuidado de Claudia Hopkins y con contribuciones de Antonio Gámiz Gordo, Antonio Jesús García Ortega, Andrew Ginger, Celia Jiménez Bellido, Briony Llewellyn, Matilde Mateo, Krystyna Matyjaszkiewicz, Danielle Smith, Luis Ruiz Padrón, Carlos Sánchez y Martin P. Sorowka.
– Textos de sala «La España romántica». PDF (8,2 Mb)
En el imaginario occidental
Si a principios del siglo XIX la Guerra de la Independencia y la literatura romántica habían procurado a España un lugar en el imaginario popular de Occidente, la proliferación de diarios ilustrados de viajes con vistas de monumentos y paisajes dotaron al país de una identidad visual y lo convirtieron en un nuevo destino turístico.
Tanto Roberts como Villaamil participaron en proyectos editoriales muy ambiciosos que desempeñaron un papel muy importante en dicho proceso. La exposición incluye una amplia selección de litografías y grabados de estas publicaciones que demuestran hasta qué punto contribuyeron a popularizar sus visiones artísticas de España.
Figuran en la muestra obras capitales de colecciones públicas y privadas españolas y británicas, como las National Galleries of Scotland, la Tate, el Victoria and Albert Museum, el Museo Nacional del Prado o las Colecciones Reales. Muchas de estas piezas no se han expuesto antes en España, entre ellas las magníficas vistas de la catedral de Sevilla pintadas durante la estancia de Roberts en la capital andaluza en 1833, que presta la abadía inglesa de Downside.