Afalkay es un pájaro de melodías y cruces, un ave migratoria que se posa en las tradiciones musicales de una tierra para llevarlas a otra y crea con su vuelo un dibujo nuevo. En él descubrimos los trazos claros de la música árabe-andaluza del norte de Marruecos, las huellas profundas de la música Gnaoua del Sáhara, el aleteo del Issaoua y otras músicas bereberes, el fondo de los maqams clásicos orientales y el silbido cercano del jazz.
Los músicos que conforman el grupo llevan un largo recorrido de búsqueda en las raíces de sus tradiciones, recuperando el pasado para hacerlo presente dialogante, puro encuentro entre instrumentos orientales, africanos y occidentales, entre la cultura andalusí, el Magreb y otras tradiciones africanas: un encuentro en el que aflora lo común, la magia de la música como lenguaje universal.
Más que un grupo de música es música que agrupa, que junta saberes en una sola melodía enriquecida. Afalkay, el pájaro de la diminuta isla situada frente a Essaouira, emprende el vuelo desde el escenario y abre una grieta de encuentro en mitad del cielo, donde podemos vivir extasiados mientras escuchamos su particular manera de fusionar la música africana, el flamenco y el jazz.
En esta ocasión reúne a ocho músicos, de los que es difícil distinguir quién es más virtuoso:
– Hassane Lahjari (percusión y voz), músico, cantante e intérprete de mentalidad abierta para la integración de músicas y estilos, se ha curtido en escenarios de todo el mundo.
– Mohammed el Bouzidi (guembri), maestro de este instrumento, una especie de laúd de tres cuerdas del tamaño de una guitarra base de la música Gnawa.
– Jaouad Jadli (multiinstrumentista y voz), virtuoso de la percusión y de varios instrumentos de cuerda, es músico de amplia experiencia internacional, además de lutier.
– Pablo Hernández (saxos), saxofonista, compositor cuyo universo musical enraíza con el del grupo Sinouj y cuyas improvisaciones generan nuevos sonidos que tocan el alma.
– Roberto Pacheco (trombón), compositor, arreglista y trombonista es uno de los creadores de la Fundación Musilabus y cofundador de LAFF (Laboratorio de Amigos de la Fusión Flamenca).
El grupo se completa con un trío de mujeres de una calidad musical excepcional:
– Blanca Paloma, cuya voz flamenca, árabe y latina es clara y limpia como el agua de manantial, profunda como la mina que alumbra el agua, atractiva como el misterio que encierra su secreto.
– Antonia Jimenez, una de las mejores guitarristas de la actual escena flamenca, además de compositora, ha actuado en solitario y también acompañando a estrellas del cante como Carmen Linares.
– Lara Wong, flautista, ganadora del premio al mejor instrumentista flamenco en el último Festival de Cante de La Unión, nació en Vancouver y es de origen oriental, pero ella se define así: “yo soy flamenca”.