Muchas de las letras de Rafael fueron versionadas por otros grandes músicos como Alberto Cortez o Mercedes Sosa, quien ganara un Grammy Latino precisamente con el álbum Corazón libre, que incluía la mítica canción de Amor. En 1973 se instaló en Madrid con su familia y pronto se hizo muy popular en la España de la Transición, especialmente entre una legión de aficionados a la mejor canción. Desde entonces y hasta su definitiva partida compartió afectos y valiosos trabajos entre sus dos patrias.
La obra de Rafael es tan vasta que abordarla es en sí ya un reto extraordinario, aún más si se hace desde el sentimiento: ¿qué canción o poema elegir para recordar a un monstruo de la composición y de la voz? Salvador, asumiento esa dificultad, define este concierto, desde la modestia, como «un pequeño repaso de sus canciones y poesías» en el que, por cierto, también participan otros grandes músicos como Olga Manzano, Gabriel Ortega, José Hernández, Zepita, Jordi Estévez, Ramón Hernández, Gabriel Araujo, Manu Clavijo o Luis Farnox.
Una recomendación si usted es de esos… a los que le gusta sentir: no se lo pierda. No en vano el concierto se titula El amor que nos queda.
Las canciones que me acunaron
Como explica el mismo Salvador Amor, «difícil tarea la de cantar con la garganta encogida las canciones que me acunaron, que me hicieron ser quien soy encima de las tablas y que, sin duda, nos guían a los que aún resistimos y confiamos en la palabra y en la poesía como herramientas para la reconstrucción del alma. Así lo creo y así lo aprendí de mi viejo:
En el camino aprendí,
que llegar alto no es crecer,
que mirar no siempre es ver
ni que escuchar es oír
ni lamentarse sentir
ni acostumbrarse, querer…
Tanto es lo que aprendimos que intentaremos mantener viva su obra en la memoria de quienes le conocieron y llegar a quienes no tuvieron esa oportunidad».
Te han sitiado corazón
y esperan tu renuncia.
Los únicos vencidos corazón
son los que no luchan.