Ahora, el Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa le dedica un gran homenaje, Antonio Gades. Tierra, mar y fuego, una exposición que recorre su obra desde sus orígenes hasta su legado actual, poniendo especial atención a tres grandes conceptos que nutren su trayectoria y que se convierten en el hilo conductor del discurso expositivo: su arraigo en la tierra, su amor por la mar y su pasión, representada por el fuego. A través de ellos se propone un recorrido cronológico y temático que guía al visitante por su universo coreográfico, escénico y fílmico.
En la muestra se presentan materiales fechados entre 1936 y 2005 que incluyen programas de mano, carteles, fotografías, obra gráfica original, recortes de prensa, valiosos manuscritos y audiovisuales y partituras. Se acompaña también de piezas de indumentaria escenográfica, que contiene tanto vestuario como algunos elementos utilizados en la representación de las distintas coreografías, y para lo que se ha contado con préstamos de su propia compañía y del Ballet Nacional de España.
Su encuentro en 1981 con Carlos Saura fue decisivo para la difusión de sus coreografías y juntos llevaron a la pantalla el ballet Bodas de Sangre (1974). El filme obtuvo un gran éxito en todo el mundo. Continuaron con Carmen, a la que le siguió un ballet del mismo título, después El amor brujo y el ballet Fuego que cerró este tándem que popularizó al flamenco. En 1994 llegó Fuenteovejuna, considerada como una de las cumbres de la danza española y su última obra.
Antonio Gades. Tierra, mar y fuego es una producción del teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa en colaboración con La Fábrica, la Fundación Antonio Gades y el Centro de Documentación de las Artes Escénicas y la Música (CDAEM).
Un pueblo que danza
Gades hablaba así de la danza, del baile: “La gente piensa que para bailar hay que ser joven, guapo, alto, delgado… Para nada es así. Bailar es expresar un sentimiento y lo puede hacer cualquiera. Probablemente una de las razones por las que nuestra compañía tiene tanto éxito es porque es verdaderamente humana. No es una compañía que danza, es un pueblo que danza”.