El coordinador del proyecto, Manuel Mota, es cofundador de la revista Cthulhu (Diábolo Ediciones). Cthulhu es la heredera de un legado perdido, el de las revistas de cómic de género que llenaban los quioscos españoles en los años setenta y ochenta. Con más de 15 años a su espalda puede presumir de ser la única revista con esa trayectoria que publica historietas cortas de cómic de terror y ciencia ficción en nuestro país. Mota, que además es autor de dos novelas gráficas, colabora con dos historias: Elegía, escrita y dibujada por él, y El Fresno, donde se ocupa del dibujo Sebastián Cabrol, un artista curtido en editoriales de la categoría de Marvel y Dark Horse, que realiza un trabajo gráfico espectacular. En El Fresno, Mota, un entusiasta de los cuentos de miedo, adapta un relato del escritor británico M.R. James, ambientado en la Inglaterra del siglo XVII, sobre una maldición familiar desatada tras la muerte en la horca de una mujer acusada de brujería.
El cómic de género también está presente en ¡Bruja!, una sugerente historia escrita por Álex Ogalla y dibujada por Rubén Gil, sobre «las mujeres perdidas, rebeldes, abandonadas, las que renegaron de un destino que otros querían escribir por ellas». Ogalla es la otra cabeza pensante de Cthulhu, donde, además de coordinar los contenidos, ha publicado numerosos guiones. También tiene experiencia en el micromecenazgo. En 2018 impulsó la publicación de la antología Refugiados, viñetas solidarias, en la que participaron decenas de autores. Por su parte, Gil es un artista que ha participado en varias antologías y ha publicado dos novelas gráficas. En ¡Bruja! puede lucir su maestría con el color.
El Río, de Juan Alcudia y Paco Zarco, también es una historia de terror, sobre una niña que, poco después de enterrar a su madre, descubre a una anciana sepultada en la nieve y convence a su padre para llevarla a su casa. No es la primera vez que colaboran Alcudia, prolífico guionista y maquinador de fanzines firmados con sus muchos alter ego, y Zarco, incansable artista de los claroscuros. Su historia promete ser una de las más estremecedoras del libro.
El guionista César Herce es otro de los colaboradores habituales de Cthulhu, con su personaje El Conjurador de Tormentas. En esta ocasión se alía con el ilustrador Sal Donaire, dibujante de los dos tomos de Astrid Audaz, y con el colorista José Expósito. Juntos han urdido la historia La confesión, ambientada en el proceso inquisitorial previo al auto de fe de 1610 contra las brujas de Zugarramurdi y valle de Baztán. La protagonista de la historia es un personaje real: María de Ximildegui, una mujer arrepentida de practicar la brujería que acusó a varias mujeres y hombres de la zona, espoleando, con su acusación, a los inquisidores de Logroño.
El de Zugarramurdi no es el único proceso real de brujas recogido en la antología. Alicia Grande, autora del díptico Retour de Flammes, se ocupa del guion y el arte de la historia Rugalla de La Vall Fosca, donde se narra la ejecución en la horca de Margarida Rugall, una comadrona y curandera nacida a principios del siglo XVI, que fue juzgada varias veces por bruja y ajusticiada en 1548.
Otro tanto se puede decir de Pascuala de Nava, una novohispana que a los 35 años fue acusada de brujería por la inquisición, prueba de cómo las prácticas más aberrantes del Viejo Mundo se trasladaron a América. La historia, Pascuala de Nava, cuenta con un guion de Alicia Palmer, autora de varios cómics de temática social, como el reciente Una mujer, un voto, y el arte de la dibujante argentina Carina Altonaga, que ha publicado, entre otras obras, la novela gráfica El Petiso Orejudo.
Por desgracia, las acusaciones de brujería siguen ocurriendo en pleno siglo XXI. La soledad de los erizos narra la historia de una niña albina que al nacer es acusada por los habitantes de un poblado del Congo de ser una bruja. Un tal Alfonso Bueno se ocupa del guion y del arte Kyko Duarte, mitad de la firma ‘Miki y Duarte’ y autor de varios álbumes publicados en el mercado francobelga. La soledad de los erizos denuncia una situación que sufren hoy en día miles de niñas y mujeres en África, presas de la ignorancia y el fundamentalismo religioso.
Por si este plantel de brujas y brujos no fuera suficiente, la impresionante portada del volumen ha sido realizada por Santipérez, uno de los mejores ilustradores de nuestro país, que, desde que comenzó a publicar sus trabajos en la última etapa de la revista Creepy, se ha ido revelando como el heredero natural del gran Bernie Wrightson.
La portada evoca la edad dorada del cómic fantástico, reconciliando a la historieta de género con la reivindicación social. El libro, que será publicado por Maldragón Editorial, contará con 76 páginas y se editará en tapa dura. Como es habitual en este tipo de micromecenazgos, quien quiera participar tendrá varias posibilidades, incluyendo la opción de recibir la antología con sketch y firma de uno de los equipos creativos.
Queda menos de un mes para que acabe el crowdfunding, que ha superado ya el 50% de su objetivo. Así que subámonos a la escoba del micromecenazgo para hacer que este conjuro de magia blanca y reivindicativa se haga realidad. Para más información sobre el proyecto podéis pinchar en este enlace.