Durante el estreno, que tuvo lugar ayer martes, 5 de julio, el Coro Titular del Teatro Real ha ofrecido un bis de Va pensiero, en el tercer acto de la ópera, pedido por un público entregado que ha aplaudido durante más de cinco minutos. Ha sido el primer bis al coro desde la reapertura del coliseo madrileño en 1997.
Nabucco fue muy importante en la vida personal de Verdi y en su carrera artística. El compositor atravesaba una crisis existencial tras el fallecimiento de sus dos hijos y su esposa y del fracaso de Un giorno di regno, que le llevó incluso a pensar en abandonar la composición. Un encuentro fortuito con el director de La Scala, que le propuso la creación de una ópera con libreto bíblico de Temistocle Solera sobre la resistencia del pueblo judío a la invasión de las huestes babilonias bajo la égida de Nabucco, inspiró al compositor, que escribió la partitura sin apenas descanso.
El clamoroso éxito de su estreno el 9 de marzo de 1842 en La Scala de Milán -con 57 representaciones sucesivas- y la identificación de la opresión de los judíos con la de los italianos en el imperio austrohúngaro dio a la ópera una enorme popularidad, transformando a Verdi, involuntariamente, en uno de los héroes del Risorgimento. Este rotundo triunfo, el primero del compositor, y la participación en la ópera de la soprano Giuseppina Strepponi, que acabaría siendo su esposa, en el endiablado papel de Abigaille, fue el acicate necesario para que retomara su fecunda carrera creativa, produciendo 17 óperas en los siguientes 12 años.
Italianos y austríacos
Aunque la ópera sea deudora de Donizetti y Rossini y de la tradición italiana, en la partitura sobresalen sus melodías, su facilidad para la caracterización musical de los personajes (destacando, sobre todo, Nabucco y Abigaille) y la eficacia dramatúrgica de la orquestación, que no dejaría de progresar hasta su extraordinaria Falstaff.
En esta ocasión, el director de escena Andreas Homoki, que debuta en el Real, traslada el conflicto entre judíos y babilonios del siglo VI a.C. al enfrentamiento entre italianos y austríacos en el XIX, donde “al sistema politeísta de los babilonios se contrapone, como utopía, un sistema nuevo y moderno, encarnado en la visión monoteísta del mundo de los hebreos”.
Las dos hermanas hijas de Nabucco encarnan el trasfondo de dos mundos que se contraponen: “Abigaille, la primogénita, intenta desesperadamente salvar el antiguo sistema derrocando a su padre y asumiendo ella misma el poder. Fenena, la otra, percibe el momento de transición en el que se encuentran y quiere salvarse cambiando de bando. En el proceso de relevo de lo antiguo por lo nuevo también la familia acaba rompiéndose”, destaca Homoki. El drama transcurre en un decorado austero y conceptual diseñado por el escenógrafo Wolfgang Gussmann, que también firma el vestuario junto a Susana Mendoza.
Nabucco fue el primer título verdiano que sonó en el recién construido Teatro Real, en las pruebas acústicas previas a su inauguración, en 1850. La ópera se estrenó en su escenario en 1853 y se presentó en temporadas sucesivas, siempre con éxito, hasta 1871. Desde el 9 de febrero de ese año no ha vuelto a ofrecerse en su sala: «151 años después ya tocaba», destaca Joan Matabosch, director Artístico del Teatro Real.
Grandes voces verdianas
Ahora, 151 años después de la última función, regresa con tres repartos de grandes voces verdianas que se alternan en la interpretación de los papeles protagonistas: Nabucco, los barítonos Luca Salsi, George Gagnidze, Gabriele Viviani y Luis Cansino; Abigaille, las sopranos Anna Pirozzi, Saioa Hernández y Oksana Dyka; Ismaele, los tenores Michael Fabiano y Eduardo Aladrén; Fenena, las mezzosopranos Silvia Tro Santafé, Elena Maximova y Aya Wakizono; Zaccaria, los bajos Dmitry Belosselskiy, Roberto Tagliavini y Alexander Vinogradov; y El Gran Sacerdote, los bajos Simon Lim y Felipe Bou.
Nicola Luisotti dirige su séptimo título verdiano al frente del Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real, después del éxito obtenido con Il trovatore (2007), Rigoletto (2015), Aida (2018), Don Carlo (2019), La traviata (2020) y Un ballo in maschera (2020). Sergio Alapont dirigirá tres de las 15 funciones.
En Nabucco, el coro ocupa un papel primordial, por no decir el más destacado, tanto del punto de vista estructural como dramatúrgico. El del Teatro Real, preparado por su director Andrés Máspero, entona el célebre Coro de los esclavos, Va pensiero, dando voz una vez más a los oprimidos del mundo.
Las funciones están patrocinadas por la Fundación BBVA.
Para no perderse
– En Madrid se podrá disfrutar de esta ópera al aire libre en una pantalla instalada en la Plaza de Isabel II los días 14 y 15 de julio con dos repartos distintos.
– También el 15 de julio, la ópera será retransmitida gratuitamente en MyOperaPlayer y en plazas, centros culturales, museos, auditorios y teatros de toda España, dentro de la programación de la Semana de la Ópera. Las inscripciones siguen abiertas a través de este enlace.