Bastantes manías y rituales, aunque no tan delirantes, tiene también la escritora y artista Leanne Shapton (Mississauga, Canadá, 1973), autora de unos Bocetos de natación que abarcan, por un lado, recuerdos de su pasado como deportista que entrenaba para intentar conseguir plaza en los Juegos Olímpicos de Seúl 88 o Barcelona 92 y, por otro lado, el modo en que su vida sigue, a otro nivel, transcurriendo alrededor de las piscinas. “Sueño con la natación al menos tres noche por semana”, nos dirá para hacernos una idea.
Esta autobiografía tan singular, con fotografías y pinturas originales de quien es la actual editora de Arte del New York Review of Books, tiene frases y apuntes formidables como cuando Shapton nos informa de que “mirar a alguien que nada bien es el equivalente visual de acariciarle la cabeza a un perro de pelaje suave: algo natural y maravillosamente dulce, perfecto”. O cuando da cuenta de su relación con una veintena largo de trajes de baño debidamente retratados en el libro, cada uno con su historia o anécdota concreta, caso por ejemplo de su primer bañador tecnológico, un Speedo Fastskin LZR Racer Elite que “me hace sentir que floto mejor, pero también que me está tragando una boa constrictor”. O cuando nos advierte de no fiarnos de las apariencias en el borde de la piscina porque hay figuras estilizadas que luego en el agua avanzan remilgadas y vacilantes, y otras orondas de escasa altura que se deslizan con un estilo delicado. Apuntes asimismo culturales que van desde su fascinación y miedo a los tiburones de verdad y de cine a los vínculos que encuentra entre la natación y algunos de sus artistas predilectos como Lucian Freud o Cy Twombly.
Hace casi dos décadas, Murakami, en su libro De qué hablo cuando hablo de correr, supo recrear la irrupción del dolor y otras sensaciones en las carreras de larga distancia. Shapton sabe transmitir cómo unos pocos largos en competición pueden también ser un infierno con los músculos llenos de ácido láctico, cuando la brazada se acorta y los músculos “queman como un papel en llamas”. Reflexiona sobre la dureza y disciplina de los entrenamientos o la renuncia a una vida social razonable al convertirse el deporte elegido en una obsesión, en un afán desmesurado de reconocimiento.
En ese lado más oscuro, marcado por el sacrificio desaforado y sus consecuencias, entre ellas su impacto en la salud mental, abunda más Podio. Es ésta la primera novela de Andrés Lomeña (Málaga, 1982), escrita con el conocimiento de quien fue en sus años mozos una promesa de la natación y ha experimentado en sus carnes, según él mismo ha contado, “la ansiedad de la derrota y el aguijón de la autoexigencia”. Autoexigencia que en cambio abraza y le funciona como autor, narrando en segunda persona, con el título de los capítulos al final de los mismos y una estructura del relato que simula un entrenamiento (el calentamiento, el ejercicio bajo el agua, la llegada, los estiramientos…).
Cuenta la historia de una adolescente, Paula Sen, para la cual subir a recoger un metal carrera tras carrera era su “único Edén” y no hacerlo, un verdadero “pandemónium”. Baste decir que en ese hambre de victorias nuestra protagonista tiene en un altar a la leyenda belga del ciclismo Eddy Merckx, incapaz de subirse a una bici si no era para entrar el primero en meta, dispuesto a no especializarse en nada porque lo quería ganar todo. Difícil pues sobrellevar el peso de tanta ambición sin que eso no lo acuse la relación con padres y hermanos, con los amigos (“no se tienen amigos si nadas ocho mil metros al día”), con entrenadores (“en natación, no hay más diada que la de entrenador-nadadora”), con ídolos e incluso con la prensa (“salir airosa de los medios de comunicación es como nadar bien en cemento”).
Seguimos a Paula en su itinerario formativo de la cálida Málaga a la gélida Mineápolis, alternando sueños y pesadillas, disfrute y angustia, mieles y sinsabores en las grandes competiciones internacionales, con la duda de si sacará alguna enseñanza de todo ello al cabo del tiempo. La respuesta, en las últimas páginas.
Leanne Shapton
Traductor: Laura Wittner
Editorial Blatt & Ríos
336 páginas
23,90 euros
Andrés Lomeña
Alianza Editorial
224 páginas
15,95 euros