Sintetizando en ocasiones los elementos más esenciales del paisaje, esta muestra ofrece una vista panorámica sobre el mar inspirada en algunas de las zonas costeras mejor conservadas del Mare Nostrum, y nos invita a sumergirnos en sus aguas cristalinas y, por qué no, a apreciar el sonido y la brisa del entorno.
Ya sea inspirado por el mar o las montañas nevadas, la pintura de Barco parte esencialmente de la naturaleza y de aquello que ésta nos brinda. Recuperando algunas de las características de los pintores au plein air del XIX, parte de su proceso creativo es la localización y observación de los paisajes que se mantienen inalterados y bien conservados. De esta manera procede a una labor de síntesis analítica de las formas y colores básicos de la naturaleza, dejando entrever una clara influencia por la acuarela.
Emocionado por las vistas, su pincelada se resuelve ligera, decidida y envolvente, dando lugar a un juego visual donde la distancia resulta fundamental a la hora de observar sus obras: en ocasiones, la contundencia de las formas puede sugerir un cuadro detallista, mientras que al acercarse el espectador, el movimiento y los ritmos de la pintura acaban proponiendo una suerte de abstracción llena de expresividad. No se la pierda.
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