Ellas hablan frente al fanatismo

Nominada a los Óscar como mejor película y guion adaptado, Ellas hablan nos sitúa en 2010 en una aislada comunidad ultrarreligiosa menonita en la que ocho mujeres de distintas edades se encierran en un granero para decidir si se quedan o se van. La reunión en la que cada una de ellas expone sus razones se produce tras descubrirse que los hombres de la comunidad las han estado violando a lo largo de los años tras adormecerlas con un anestésico para las vacas.

Los hechos reales saltaron a la luz en 2009 en la apartada colonia boliviana de Manitoba, integrada por dos mil personas de esta rama del anabaptismo estadounidense. Por entonces, ocho hombres fueron condenados por los abusos sexuales y las violaciones sistemáticas de 151 mujeres y niñas, comprendidas entre los 5 y los 65 años.

Las agredidas amanecían cada mañana desnudas y aun semidormidas y con fuertes dolores en los genitales. Pese a las sospechas de haber sido agredidas incluso por sus padres, hermanos y otros familiares, no denunciaron la situación hasta años más tarde ante el miedo a las represalias y el control y amenazas de los dirigentes de la comunidad.

Como las víctimas declararon posteriormente, creían estar en un paraíso apartadas de la mezquindad humana y de pronto descubrieron que habían convivido con “demonios”. Así los calificaron.

Miriam Toews, autora de la novela adaptada a la pantalla, vivió y creció en una de esas comunidades marcadas por el fanatismo: “Escribí el libro porque, tras enterarme de las agresiones en Manitoba, me sentí horrorizada, aunque los hechos no me sorprendieron de todo, al tiempo que me preguntaba qué harían esas mujeres como respuesta a las violaciones. Y sobre ello me puse a escribir”.

Con respecto a la adaptación cinematográfica de su libro comenta: “Me encanta la película de Sarah Polley. Valoro por su acierto al demostrar con sus imágenes como podemos reunirnos, democráticamente y, a través del diálogo y la reflexión, decidir formas de cambiar nuestras vidas, de cambiar nuestro mundo y señalar el camino que hace posible salir de los abusos, por muy terribles que hayan sido”.

La directora Sarah Polley, también cantante y actriz que protagonizara las películas de Isabel Coixet Mi vida sin mí (2003) y La vida secreta de las palabras (2005), llevaba una década sin ponerse tras la cámara. En Ellas hablan dirige con mano firme y mucha sensibilidad un reparto que aporta credibilidad a cada escena. En él figuran Rooney Mara, Claire Foy, Jessie Buckley, Judith Ivey, Ben Whishaw y Frances McDormand.

En la presentación del filme, la realizadora hizo una declaración de intenciones al desvelar que “como estas mujeres están ante una tarea decisiva, he querido darles amplitud y espacio a cada una de sus palabras y acciones. Que cada fotograma desprendiera el infinito potencial y las posibilidades contenidas en una conversación sobre cómo volver a construir un mundo roto”. Lo logra.