Cómo vivir intensamente y decidir el final

Desde su estreno en el pasado Festival de Cannes, el filme ha despertado atención por la especial emotividad de su historia, la impresionante belleza de sus escenarios y las interpretaciones de sus protagonistas, destacando el intenso y pausado papel de Vicky Krieps -mejor actriz en 2022 en Cannes y en los European Film Awards por su trabajo en La emperatriz rebelde– y de Gaspard Ulliel.

Una vez más, el destino juega sus cartas e inevitable es, en una propuesta sobre el final de la vida, hablar de la desaparición en el mundo real del actor Gaspard Ulliel en un trágico accidente de esquí en los Alpes franceses en enero de 2022, con tan solo 37 años y cuando la película de la que es coprotagonista estaba en su fase de montaje.

En la pantalla la historia se centra en la pareja de treintañeros que forman Hélène y Mathieu. Han sido felices durante años, pero su vida da un vuelco el día en que ella descubre que sufre una enfermedad terminal, degenerativa y poco común.

En su búsqueda de respuestas, Hélène conoce por internet a Bent, un bloguero ya entrado en años que, paciente de una enfermedad similar, habla en las redes sociales sin dramatismos, incluso con un sano humor, de su día a día.

Atraída por su manera de afrontar la situación, decide ir a conocerlo y viajar sola a Noruega en donde él vive en una casa apartada en la orilla de un imponente fiordo. En medio de tanta belleza, Hélène descubrirá que es allí donde está su destino, algo que para Mathieu será difícil de aceptar.

La directora y guionista francoiraní Emily Atef considera que Más que nunca es «también una historia de amor pues no hay mayor prueba de amor que dejar marchar al otro. Comencé a pensar en esta historia en 2010. A mi madre, a la que siempre estuve muy unida y padecía esclerosis múltiple desde hacía dos décadas, le diagnosticaron un cáncer. Esta circunstancia me ayudo durante mi trabajo a encontrar la fuerza para animarla a enfrentarse al final de su vida con plena libertad, sin atender a presiones de ningún tipo, ni familiares ni sociales. Eso hizo y, en el fondo, de eso va la película».

La veracidad que este filme rezuma entronca con una medida puesta en escena y una dirección de actores que les permite desplegar emoción y profesionalidad. Sin artificios.