La muestra nunca se había hecho fuera de Italia y la elección del Teatro Real para este acontecimiento se debe a que en su escenario Puccini en persona estrenó, en 1892, bajo la batuta de Luigi Mancinelli, su ópera Edgar. Era la primera vez que una de sus óperas se interpretaba fuera de las fronteras italianas.
Comisariada por Gabriella Biagi Ravenni, Paolo Bolpagni y Patrizia Mavilla, la exposición desvela el resultado de esta actividad que el compositor inicia alrededor de 1894, a través de una veintena de fotografías realizadas en su Toscana natal y en los países que visitó en sus múltiples viajes.
Las imágenes tienen a la naturaleza como principal protagonista, en encuadres que al mismo tiempo reducen la figura humana a una pequeña silueta en la inmensidad del paisaje, dominadas por un profundo sentimiento poético. Se trata de composiciones bien calibradas, que, si bien están inspiradas en las obras de alguno de sus amigos pintores, cuentan siempre con un carácter personal. Junto a estas instantáneas, se descubren imágenes de Nueva York, en las que dominan el imponente urbanismo y los grandes puentes de la ciudad, o Egipto, con una mirada más centrada en sus habitantes y en el paisaje.
No son tampoco escasas las fotografías en las que Puccini captura su sombra. No se trata de una figura cualquiera, sino de esa reconocibilísima silueta masculina que -tocada con su inseparable sombrero, ligeramente ladeado- hoy ha pasado a la historia. Constituyen estas instantáneas perfecto ejemplo del celo dispensado a la construcción de la propia imagen, de la que será por completo consciente y de la que, vislumbrado precozmente las posibilidades que la fotografía le brindaba, se servirá como medio para acrecentar su popularidad.
– Acceso a la exposición con la compra de la visita guiada.
Victoria de los Ángeles
Puccini fotógrafo comparte espacio con una exposición-homenaje que el Teatro Real dedica a la soprano Victoria de los Ángeles (1923-2005), organizada en colaboración con la Fundación Victoria de los Ángeles, en la que se muestra una selección de trajes y objetos personales que utilizó a lo largo de su carrera.
Una de las sopranos más importantes del siglo XX, De los Ángeles fue también una apasionada de la moda, con un gusto innato para la combinación de colores, volúmenes y tejidos, que le llevaron a confeccionar algunos de los vestidos que lució en conciertos y actos sociales, presentes en la muestra.