Judd rechazó siempre cualquier etiqueta. Su enfoque revolucionario de la forma, los materiales, los métodos de trabajo y la exposición rompió con los modos de hacer arte imperantes en la época. Su obra, a su vez, cambió el lenguaje de la escultura moderna y hoy sigue siendo uno de los principales exponentes del arte minimalista y el teórico más importante de este movimiento por escritos como Specific Objects (Objetos Específicos, 1964).
Su pasión por la arquitectura, los espacios y cómo vivirlos le llevó también al diseño de muebles que utilizó para su propio uso. En la actualidad siguen fabricándose y siendo referentes del diseño. Como él mismo declaró: «La configuración y escala del arte no pueden transponerse a los muebles o a la arquitectura. La intención del arte es diferente de la de estos últimos, que deben ser funcionales. Si parece sólo arte, es ridículo».
Licenciado en Filosofía e Historia del Arte por la Universidad de Columbia, Judd comenzó en la década de 1940 su trayectoria como pintor ligado a la corriente expresionista y abstracta.
A partir de 1968 estableció su estudio en Nueva York, adquiriendo el Soho 101 Spring Street, un edificio de hierro fundido diseñado en 1870 por Nicholas Whyte. Los cinco pisos de este edificio, que le sirvieron de casa y estudio, fueron reformados y decorados a lo largo de los años. Sus paredes albergaron una extraordinaria colección de arte producto del intercambio de obras con otros artistas.
Siempre interesado en encontrar un entorno propicio en el que instalar su obra, Judd creó en 1986 la Fundación Chinati en Marfa (Texas). Allí pueden verse hoy en día sus obras a gran escala en mitad del desierto y en hangares rehabilitados, así como obras de artistas amigos y coetáneos.