Nacido en una pequeña población del sur de Francia, Aix-en-Provence, es allí donde estudiará Bellas Artes, contra los designios paternos, que le llevarán más tarde a matricularse en Derecho y a simultanear ambas profesiones. Pocos años después se marchará a París donde había planeado encontrarse con el escritor Emile Zola, compañero de la infancia, y matricularse en la Escuela de Bellas Artes, iniciativa que se verá truncada al no ser aceptado. No obstante, ésta será la ocasión que le permita visitar el Louvre y conocer el arte de los grandes maestros: Poussin, Tiziano, Rubens, Velázquez y Caravaggio, entre tantos otros.

grandes_bañistasParís: los rechazados

Durante los años 60, en París, entrará en la Academie Suisse donde conocerá a los futuros impresionistas: Monet, Pisarro, Guillaumin, Bazille y Sisley. Son los años del “Salón de los Rechazados”, donde los artistas que habían sido dejados de lado por el jurado oficial del salón tenían la oportunidad de exhibir sus obras, entre ellas, la más famosa: Le Déjeneur sur l´herbe de Manet, artista cuyo ímpetu artístico influirá en la obra Cézanne.

Se interesará en ésta etapa por los temas de carácter religioso, onírico y fantástico y su técnica estará influenciada por aquella de los maestros románticos.

De esta época son El Rapto, que asimila la iconografía de temas religiosos como la piedad y guarda los colores sombríos de la escuela barroca, o El Abogado, retrato de su tío Dominique, cuya técnica es indiscutiblemente romántica, con una superficie densísima, donde los pigmentos han sido aplicados toscamente con la ayuda de un cuchillo, como había visto en las obras de Courbet. Aunque las obras de estos años guardaban aún la esencia de la tradición, sus cuadros fueron constantemente rechazados por el Salón Oficial.

En busca de la naturaleza

Es en los años de la Guerra Franco-Prusiana cuando Cézanne que, nunca se había encontrado totalmente cómodo en la capital, se marchará en busca de la naturaleza.

Su paleta se transformará y sus colores se volverán vibrantes. Pisarro y Cezanne pintarán juntos y se influenciarán mutuamente. Son los años de las primeras exposiciones impresionistas.

Se interesará por la pintura al aire libre, y dejará de lado los tonos oscuros y las pinceladas densas, concentrándose en los paisajes rurales, para los que empleará pequeños toques de color puro sin la necesidad de esbozos preparatorios, como se puede observar en La Casa del Ahorcado de 1873. Cézanne sólo exhibirá en dos ocasiones con el grupo impresionista en 1874 y 1877, de los que cada vez más se irá distanciando sin llegar a tener casi contacto con ninguno de sus antiguos amigos.

Gran influencia

Las obras realizadas en los treinta últimos años de su vida son las más importantes, ya que establecieron nuevas retos en el camino hacia el arte moderno.

Una pincelada rota, consistente en pequeños toques de color que otorgan a la composición su papel principal. Estas son las pinceladas que los cubistas emplearán para el análisis de la forma, un color que unifica la superficie y crea a su vez espacio y volumen, llegando a conseguir un lenguaje pictórico que no tenía precedentes. El nuevo lenguaje se puede percibir en obras como Los jugadores de cartas, Las bañistas o sus ejercicios estéticos en Sainte-Victoire.

Cézanne fue el artista que logró desarrollar una perfecta síntesis de la representación naturalista de los objetos y su percepción y composición, alejándose de la mera mímesis. El arte de Cézanne se convierto en un manantial de ideas para el arte de las primeras vanguardias en el siglo XX, y tuvo una influencia titánica en movimientos como el  neo-impresionismo, el simbolismo, el cubismo o el expresionismo abstracto.