Enésima discrepancia
Hace unos meses, la hija del barón y directora de la Colección Thyssen de Arte Contemporáneo (T-B A21) anunció en una visita a nuestro país la apertura, a finales de 2009, de una exposición de arte contemporáneo en las salas de una institución que, hasta la fecha, no se ha asomado al devenir creativo más allá de las vanguardias del XX. Ese proyecto quedó indefinidamente paralizado por una decisión del museo madrileño.
Solana se hizo responsable de la decisión adoptada por el patronato del museo después de estudiar los proyectos. "El asunto no es que la baronesa no quiera descolgar los cuadros de Macarrón del vestíbulo del museo. Las objeciones a los proyectos son de más alcance. Se han tomado en serio e implican al director artístico de esta casa".
Solana recordó que Von Habsburg presentó el 20 de abril del año pasado un primer proyecto atractivo que fue bien recibido por el patronato, pero de forma expresa "se dejó para discutir la ubicación concreta, las salas en las que se iba a instalar y las fechas, así como el presupuesto de la exposición -alrededor de 300.000 euros. Se habló solo a grandes rasgos; la cantidad parecía muy exagerada y se planteó la necesidad de patrocinio".
Desencuentros
Pasaron los meses sin que se presentara la lista de obras y los presupuestos. Finalmente, en noviembre, la hija del barón planteó que el proyecto inicial, Ficciones naturales (una reflexión artística sobre la naturaleza, con obras de Olafur Eliasson, Carsten Höller, Sarah Morris, Thomas Struth…), ya no era viable porque había obras que tenían que viajar a Japón, por lo que propuso un proyecto distinto, Shooting Back, una reflexión sobre la identidad, las tradiciones, el folclore y los rituales, y que según Solana era "menos atractivo, más duro, más radical, nada seductor, muy discursivo, muy político".
"Le propuse atrasar toda la cuestión medio año o un año, pero ella dijo que de ninguna manera quería aplazarlo y que lo presentaría en el Patronato, como así hizo". Allí se le hizo ver que el presupuesto era muy alto, no había patrocinador y la exposición no era muy atractiva ni prometedora.
El Patronato propuso encajar el proyecto en la programación de las salas de temporales o mostrarlo en las llamadas Salas de Moneo, antiguas salas de temporales en las que actualmente se trabaja para su recuperación y que estarán disponibles en verano.
Melodrama fuera de lugar
Estas propuestas fueron hechas "por todo el Patronato y por Tita, lo que desmiente eso de que ella ha impedido a Francesca exponer sus obras, toda esa especie de melodrama que encanta a algunos periódicos".
Francesca von Habsburg, en un comunicado, ha considerado "inaceptable" que se haya cancelado la instalación especialmente encargada al artista brasileño Ernesto Neto "simplemente porque ella (Tita) no quiere descolgar del vestíbulo del museo los retratos de Ricardo Macarrón (del barón y la baronesa)".
Sobre este punto, Solana comentó que la pieza de Neto "artista muy importante y brillante", tenía un problema fundamental que siempre estuvo pendiente en la discusión "y que ha impedido finalmente que se haya aprobado". "La pieza, fantástica, virtualmente inhabilitaba el espacio durante muchos meses y, aunque puede sonar prosaico, nos privaba de unos ingresos que son fundamentales para el sostenimiento del museo". Esa es la razón fundamental "y no descolgar los retratos de Macarrón, que ya se han movido en ocasiones anteriores".
Según Francesca, la verdadera razón es que Tita Cervera está empeñada en cerrar la colección al siglo XXI: "No se puede controlar un legado estableciendo un principio y un fin", señalaba en un comunicado, en el que afirmaba que su padre no hubiese apoyado que el museo llegara sólo hasta el arte moderno. "Por el contrario, insistía en que los miembros de la familia deberían seguir aportando a la colección, y eso es lo que yo estaba tratando de hacer".