Por una arquitectura más sana
«En una bonita plaza sevillana (la plaza de la Encarnación) ha habido una horrible intervención de Jürgen Mayer en forma de hongos gigantes. Destroza el espacio urbano y es una catástrofe, pero el proyecto lo ha impulsado el propio Museo de Arte Moderno», agrega el experto británico. «En Córdoba está el proyecto de Rem Koolhaas para el Palacio de Congresos, también horriblemente desproporcionado en relación con la Mezquita, situada enfrente», critica también Curtis.
Preguntado por las repercusiones de la crisis en esos y otros proyectos faraónicos, Curtis señala que en los últimos años la arquitectura se había convertido «en una especie de vulgar publicidad que convenía a los objetivos de la plutocracia internacional y de los promotores inmobiliarios». El star system en el mundo de los arquitectos «ha seguido con frecuencia ese juego» y «ha reducido así la calidad de sus intervenciones», explica.
«Tal vez ahora -dice el crítico- se valore la necesidad de una arquitectura más sana, más vinculada a las necesidades sociales, a los valores cívicos, al espacio urbano y a las preocupaciones ecológicas».